Leonardo da Vinci intentó estudiar la naturaleza de la gravedad y la equivalencia entre esta y la aceleración siglos antes del nacimiento de Isaac Newton y de Albert Einstein, considerados dos de los físicos más importantes de los últimos 200 años y que revolucionaron nuestro conocimiento del universo. De hecho, según un estudio publicado en la revista ‘Leonardo’, el genio del Renacimiento incluso calculó la constante de la gravitación con una gran precisión, y todo ello a principios del siglo XVI.
Da Vinci, de hecho, es conocido para ser el autor de la ‘Gioconda’ pero también por sus esbozos de inventos como por ejemplo bicicletas, máquinas voladoras, misiles, ametralladoras, telescopios… Todo tipo de aparatos que no fueron inventados hasta siglos después de que él los imaginara. De hecho, un descubrimiento en 2003 reveló que incluso había creado un material parecido a la baquelita, aconteciendo el inventor del primer plástico sintético.
Un hallazgo casual pero increíble
Este descubrimiento lo hizo Mory Gharib, ingeniero del Instituto Tecnológico de California (Caltech) mientras repasaba libretas digitalizadas de da Vinci buscando esbozos de visualización de flujos para sus alumnos. Se fijó en algunos pequeños triángulos, dibujados con una forma que parecía determinada por grandes de arena cayendo de un jarrón. El análisis detallado de estos dibujos reveló que corresponden a intentos de estudiar la gravedad y que los triángulos querían establecer una equivalencia con la aceleración muchísimo antes de que Newton desarrollara sus leyes del movimiento y que Einstein demostrara el principio de equivalencia a la Teoría General de la Relatividad.
Estudiando la gravedad sin integrales ni derivadas
Gharib y algunos compañeros reprodujeron los experimentos de da Vinci concluyendo que su modelo da como resulta una constante gravitacional con un 97% de precisión, un resultado excepcional teniendo en cuenta que no tenía manera de mesurar el tiempo como hacía falta y que tampoco podía usar el cálculo infinitesimal, desarrollado por Newton (o Leibniz) en el siglo XVII para crear sus leyes del movimiento y de la gravitación universal y que involucra los conceptos esenciales de integrales y derivadas. Un ejemplo de una manera de pensar extraordinariamente avanzada a su tiempo y de una imaginación increíble.

Un experimento imitando la gravedad
En este caso, Leonardo movió un jarrón a una altura fija a lo largo de una línea recta, paralela en el suelo, donde iban cayendo grandes de arena creando una línea vertical. Cambiando la velocidad a que se movía el jarrón con una aceleración constante equivaliendo a la de la gravedad, la arena forma un triángulo, produïnt un tipo de diagrama. Qué quería hacer con esto? Imitar la gravedad, cosa que demuestra que Leonardo había comprendido que era una aceleración.
Avanzando usando solo la geometría
A partir de aquí, usando la geometría, la herramienta matemática más avance del momento, da Vinci miró de trabajar con los datos de su experimento para encontrar la constante gravitacional de la Tierra. Toda una proeza teniendo en cuenta que no podía usar ecuaciones de la manera como las conocemos hoy si bien, al parecer, Leonardo debía de tener una idea pareciendo en el jefe. Tenía un movimiento que controlaba, uno que no y una línea que mostraba la relación entre ellos. En vez de una ecuación, da Vinci trabajó como si tuviera un algoritmo.

Un error comprensible
Todo ello, pero, hizo que cometiera un error comprensible pero significativo. Leonardo va deduïr que la distancia entre los objetos caídos se duplicaría cada vez, es decir, pensó que el tiempo seria 2t en vez de t
Así pues, parece que da Vinci encontró la fórmula equivocada de la manera correcta. Sin embargo, que pudiera deduïr tantas cosas y llegar a estas conclusiones basándose en la observación de la realidad, prácticamente sin herramientas, es un testigo de su grandísimo genio.