En el Pirineo, la colonia de buitres negros (Aegypius monachus) ubicada en la Reserva Nacional de Caza de Boumort. Este aumento no surge de la nada, sino que está motivado gracias a los trabajos de reintroducción de la especie después de que los buitres negros desaparecieran de la zona durante la segunda mitad del siglo XIX. La entidad conservacionista Trenca señala que durante el 2024 se contabilizaron 66 ejemplares de buitre en la reserva nacional, un registro que califican de récord y añaden que en este mismo año se formaron diecinueve parejas de buitres y nacieron once polluelos de los cuales nueve ya han comenzado a volar. Además, a seis de estos nueve polluelos se les ha instalado un GPS para estudiar sus movimientos.
De hecho, hace tiempo que se está monitoreando el movimiento de los buitres para poder comprender mejor sus movimientos, el éxito en la reproducción de las parejas e identificar posibles amenazas.
Un proyecto a gran escala
El proyecto para la reintroducción busca conectar las poblaciones de la península Ibérica con las del centro de Europa y poder mejorar la diversidad genética de los animales y reducir el riesgo de extinción de la especie. En este caso, la colonia de buitres negros de Cataluña muestra una tendencia positiva gracias a las tasas de éxito reproductivo de la especie; aunque se mantienen por debajo de la media del Estado. La reintroducción de la especie en el Pirineo es motivo de celebración, ya que se ha recuperado el macizo prepirenaico como territorio de cría del buitre negro; una especie que es considerada clave para el correcto funcionamiento de los ecosistemas porque las aves necrófagas tienen un papel fundamental en las cadenas tróficas.

El proyecto es a gran escala, ya que el objetivo es extender la colonia de buitres negros a otras zonas del Pirineo, sobre todo al oeste, motivo por el cual se han instalado varios Puntos de Alimentación Suplementaria (PAS) que no solo sirven para los buitres, sino que también se benefician otras aves necrófagas que también se encuentran en una situación extremadamente delicada como pueden ser el quebrantahuesos, el alimoche o el milano real. En este aspecto, en los PAS se han vertido hasta 15.435 kilos de carroña con un ‘menú’ específico para este tipo de animales en el que se incluyen codornices, vísceras, patas de cordero, y restos de piel y grasa.