Entre 2021 y 2023 en Cataluña se registró la menor cantidad de mariposas a las que se hizo seguimiento, y 2024 se ha confirmado como el año de la extinción para las mariposas de Cataluña, ya que se ha confirmado un total de 210 extinciones locales, tal como recoge el programa de seguimiento de mariposas Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS), coordinado por el Museu de Ciències Naturals de Granollers. De hecho, el CBMS alerta que esta cifra es la más alta en los 30 años de seguimiento (se iniciaron en 1994) y que las extinciones se han multiplicado de forma drástica en los últimos años, a pesar de que las lluvias del año pasado fueran un punto de inflexión y permitieran que más de la mitad de las especies incrementaran sus poblaciones frente al 48% que disminuyó. Cabe destacar que las mariposas son un animal que actúa como uno de los indicadores más fiables para poder medir la pérdida de la biodiversidad en espacios abiertos y la salud de la naturaleza.
Uno de los grandes aspectos que destaca el informe es que la sequía de los últimos tres años ha afectado directamente a la población de mariposas. Un motivo que también ha señalado Andreu Ubach, del Museu de Ciències Naturals de Granollers, ya que explica que la vegetación es un aspecto clave para que las mariposas se desarrollen, así que una temporada de sequías implica que disminuye la cantidad y la calidad de los recursos de los que disponen. Además, señalan que esta falta de agua y el impacto en los recursos también afecta a las larvas cuando se alimentan.
Especies extinguidas o amenazadas
En total, desde 1994, los investigadores han podido constatar que se han producido un total de 495 extinciones totales de las cuales solo 210 fueron el año pasado. Entre las especies más afectadas están el cupido menudo (Cupido minimus, 14 extinciones), la plateada de puntos rojos (Fabriciana adippe, 10), la perlada de la zarza (Brenthis daphne, 10), la doncella violeta (Boloria dia, 10) y el dardo de manchas blancas (Hesperia comma, 9). Muchas de estas se han producido principalmente en la región mediterránea, mientras que las poblaciones alpinas de estas especies en muchos casos se mantienen estables.

El CBMS señala que 68 especies de 145 analizadas se encuentran en regresión moderada, 15 en incremento moderado o fuerte, 33 en situación estable y 12 con una tendencia incierta. Esto indica que más del 70% de las especies tiene una tendencia negativa (77,9%).