El Telescopio Espacial James Webb nos vuelve a llevar imágenes espectaculares. Esta vez se trata de los anillos de Urano, uno de los planetas más lejanos del Sistema Solar, que gracias al nuevo observatorio del cosmos podemos ver con una resolución sin precedentes. No solo esto sino que, además, James Webb también nos muestra muchísimos detalles que, hasta hace relativamente pocos años, ni siquiera sabíamos que existían.
Un planeta prácticamente desconocido hasta el 1986
La primera imagen más o menos decente que pudimos ver de Urano nos llegó el 1986 gracias al paso de la sonda Voyager 2 por el séptimo planeta del Sistema Solar. La cámara que llevaba a bordo, muy inferior a las que hay a día de hoy, nos lo mostró como un mundo de color azul y brillante, tal como aparecería en nuestros ojos, que captan el que denominamos ‘luz visible’ desde el punto de vista humano.

Un nivel de detalle enormemente superior
El Telescopio Espacial James Webb, pero, que observa el universo captando luz infrarroja que nosotros no podemos ver, ha captado muchísimas más cosas, que nos han permitido dar un vistazo a la naturaleza dinámica del planeta. Tantas que, en los últimos informes de la NASA, se recomienda convertir el envío de una misión como una de las prioridades que tendría que tener la agencia.
Urano, una de las prioridades de la NASA
A la vez, y para poder planificar el mejor posible esta visita a Urano, antes hay que obtener lo máximo de información posible, y es por eso que James Webb ha vuelto a fijarse en el planeta para poder contribuir a los preparativos. En esta imagen, los anillos de Urano, que normalmente son difíciles de ver, brillan con fuerza.

Una atmósfera dinámica y misteriosa
Además, de las 27 lunas conocidas del planeta, se pueden distinguir nuevo, incluidas algunas de las más pequeñas, que se encuentran en el interior de los anillos. También se puede ver el casquete polar del norte de Urano, perfectamente visible en un momento en que el polo apunta cada vez más al Sol a medida que se acerca al solsticio, que llegará el 2028. Esto es porque el eje del planeta tiene una inclinación de 98°, que hace que las estaciones estén muy extremas a lo largo de unos años que duran 84 años de la Tierra. Durante 21 de estos años, el Sol brilla directamente sobre uno de los polos, haciendo que la otra mitad esté en la penumbra.
La imagen de James Webb también permite ver las tormentas que hay a la atmósfera del planeta, que sufre un proceso de cambios importantes a lo largo de estas estaciones tan largas y teniendo en cuenta que, además, gira tan rápidamente que un día solo dura 17 horas terrestres. Por todo ello, estos procesos son mayoritariamente desconocidos y no se podrá saber mucho más, precisamente, hasta que se envíen sondas para observar Urano de más cerca.