La sequía deja imágenes desoladoras en todas partes. Pantanos vacíos, ríos sin agua y parajes casi sin flora que sobreviva. Pero, sobre todo, uno de los problemas principales de la sequía es la situación en la cual deja los municipios catalanes, donde las restricciones cada vez serán más fuertes. Ante esta situación, cualquier idea puede llegar a marcar un cambio abismal y este ha sido el caso de un vecino de Artés, Jordi Arnau, quien ha encontrado un método para ahorrar agua. De hecho, el mismo ciudadano del pueblo del Bages ha explicado que quiere hacer una donación a el ayuntamiento de su pueblo para regalar el agua que ahorra a sus vecinos. La burocracia, pero mantiene la iniciativa parada.
En plena situación de sequía y a raíz de unas obras que tenía que hacer en casa, Arnau decidió montar un sistema de recuperación y tratamiento de aguas grises para poder hacer los trabajos sin gastar agua potable. Con el tiempo, ha ido perfeccionando el sistema, de forma que ahora puede reaprovechar el agua que su familia de cinco miembros usa para ducharse y también la que utilizan en el apartamento turístico que tienen justo encima de casa. Esta agua la usan para limpiar, tensar de la cadena del váter o para regar. Aun así, cada semana le sobran unos 1.000 litros de agua.

La burocracia no permite la donación de agua
Arnau está convencido que podría aportar mucho más en su municipio si lo dejaran compartir el agua que él mismo recicla, pero hay algunas trabas administrativas que no lo permiten. Entre otras cosas, el agua tiene que pasar por unos procesos específicos y otros diferentes parámetros que la hacen potable y consumible. En condiciones normales, aceptar esta donación sería completamente ilegal, pero desde el mismo consistorio aseguran que están estudiando la viabilidad de la propuesta.



