Un ingrediente tan habitual a nuestras cocinas como la sal podría tener un papel muy importante en la transición energética. Esto, cuando menos, es el que afirma un nuevo estudio publicado en la revista ‘Tektonika’ y elaborado por investigadores de la Universidad de Texas – Austin, en los Estados Unidos. Según ellos, grandes depósitos subterráneos de este compuesto podrían ayudar a sectores renovables como el de la geotermia o el hidrógeno y, incluso, capturar y almacenar CO₂.
Depósitos que pueden tener más altura que el Everest
La sal ha tenido mucha influencia en la formación de las capas que hay bajo la superficie de la Tierra. Las fuerzas geológicas la comprimen fácilmente en depósitos complejos y enormes, con algunas estructuras subterráneas de más altura que el Everest. Estas estructuras, precisamente, y la geología que las rodea, son las que proveen estas grandes oportunidades para las energías renovables y la reducción de emisiones.
El conocimiento de la industria puede facilitar mucho el aprovechamiento
Según el estudio, estos depósitos podrían servir por almacenar hidrógeno, conducir el calor hasta centrales geotérmicas e incluso para el almacenamiento de CO2. Además, explotar esta posibilidad podría ser una gran oportunidad por sectores como el de la lixiviación, la minería de sal y la prospección de gas y petróleo. El suyo conocimiento y pericia, acumulados con el tiempo, podría ser de un gran valor en este nuevo sector económico que podría ser a la vez rentable y dar un empujón muy importante a la transición energética.
Almacenar hidrógeno y las emisiones derivadas de su producción
La sal, a día de hoy, ya es empleada como contenedor de hidrógeno a las refinerías de petróleo y la industria petroquímica. Según este estudio, los depósitos subterráneos podrían hacer el mismo servicio para el hidrógeno generado como combustible. Además, pero, la roca porosa que rodea esta sal también podría servir para almacenar CO₂ de manera permanente. Que ambas cosas se hicieran a la vez, además, tendría grandes ventajas, ya podría permitir generar hidrógeno con gas natural y almacenar de manera inmediata las emisiones derivadas.
Un gran impulso a la geotermia
En cuanto a la energía geotérmica, los depósitos de sal podrían ayudar a la expansión de esta fuente de energía en que se está avanzando mucho desde hace unos años. A pesar de que actualmente esta industria es relativamente pequeña, este estudio prueba como la conductividad térmica de la sal lleva el calor de las rocas que tiene debajo más cerca de la superficie y, por lo tanto, se podría usar para generar energía.
Oportunidades sorprendentes
Según este artículo, pues, las oportunidades que ofrece la sal son muchas y muy sorprendentes. Todas estas posibilidades, creen sus autores, tendrían que ser exploradas. Quién sabe si, de aquí a pocos años, podrían ser una gran ayuda en las tecnologías que nos tienen que permitir construir un futuro mejor para todos.
