Modvion, una ‘start-up’ sueca, acaba de construir y poner en marcha la turbina eólica de madera más alta del mundo. Con una altura de 150 metros hasta el punto más elevado de las palas, tiene una capacidad de generación de 2MW, suficientes por proveer de electricidad unos 400 hogares, y es una muestra de como esta fuente de energía renovable puede ser todavía más sostenible.
El problema de las turbinas de acero
Los primeros a visitar esta gran turbina han sido unos periodistas de la cadena británica BBC. Cómo recuerdan, las turbinas eólicas normalmente están hechas de acero, un material duro y resistente que ha permitido la gran expansión de esta fuente renovable durante los últimos años, tanto a tierra firme como al mar, pero que tiene algunas limitaciones.
Con la construcción de turbinas más altas para recoger la fuerza de vientos más intensos con generadores más grandes, el diámetro de las torres también tiene que crecer, y el suyo transporte puede ser un problema muy importante y que frene la instalación. Es por eso que Modvion propone sustituir este material por capas de madera que forman unas paredes gruesas de que, a la vez, se puede controlar la fuerza y la flexibilidad.
La madera y la cola tienen grandes ventajas
Un método constructivo, el de la madera y la cola, que tiene siglos de antigüedad, es muy conocido y que además, al ser más ligero que el acero, permite hacer turbinas más altas empleando menos material. No solo esto, sino que este sistema también permite construir las torres en módulos más pequeños y fáciles de transportar que no las grandes piezas de acero que se usan habitualmente.
Con todo ello, se quiere conseguir que la energía eólica, una de las más baratas y limpias que existe, sea todavía más limpia. Al fin y al cabo, la producción de acero se hace en hornos a temperaturas altísimas que se consiguen, casi siempre, quemando combustibles fósiles. Este sector, de hecho, el del acero en general, es uno de los más intensivos en carbono que existe.
Turbinas con huella de carbono negativa
Substituïnt-lo por madera, la huella de carbono de las turbinas eólicas caería bastante, cruz Modvion, como para hacer que fuera negativa. Al fin y al cabo, el CO₂ capturado por los árboles convertidos en madera se mantiene almacenado a su interior siempre y cuando no se eche a perder ni se queme. En este prototipo de turbina, se ha usado la madera de unos 200 árboles que son gestionados de manera sostenible, es decir, plantando tantos o más de los qu se talan.
Después de esta primera prueba, Modvion quiere construir otra todavía más alta y, si todo va bien, abrirá una fábrica que el 2027 pueda producir un centenar cada año. El objetivo es que, de aquí a 10 años, ya sean 2.000.
