El metano emitido a la atmósfera podría estar calentando la Tierra aproximadamente un 30% menos del que creíamos hasta ahora. Esto afirma un equipo de investigadores en un artículo publicado en ‘Nature Geoscience’ que concluye que la capacidad de este gas de efecto invernadero de absorber varios tipos de radiación podría hacer que tuviera una influencia menor de la que se pensaba hasta ahora en el aumento de la temperatura de nuestro planeta.
Este descubrimiento es muy importante porque tendría que cambiar los modelos actuales sobre el calentamiento global, reduciendo el impacto del metano. Sin embargo, el adelanto que supone este trabajo en la comprensión del efecto invernadero y el papel que juega el metano no nos tendría que hacer olvidar que, al fin y al cabo, este caso continúa contribuïnt a calentar el planeta y que, por lo tanto, eliminar las emisiones no ha dejado de ser, en ningún caso, una necesidad urgente.
Un gas que se había entendido parcialmente
La mayoría de metano que llega a la atmósfera tiene su origen en las actividades humanas, es por eso que durante el último siglo y medio sus concentraciones han aumentado un 162%. Entre las suyas fuentes principales hay los combustibles fósiles, la ganadería, el cultivo de arroz, los vertederos y la crema de biomasa. Además, la fusión del permafrost del Ártico podría aumentar las emisiones, puesto que contiene mucha materia orgánica congelada que se podría empezar a degradar.
Hasta ahora, se sabía que el metano atmosférico absorbe la radiación infrarroja que proviene de la Tierra, impidiendo que se escape en el espacio y calentando el planeta. Esta radiación es conocida como radiación de onda larga y es emitida cuando la radiación de onda corta que proviene del sol impacta a la superficie, y ha sido el centro de la mayoría de estudios sobre los gases de efecto invernadero y qué impacto tiene cada gas. Ahora, pero, los científicos están viendo que los gases de efecto invernadero también absorben la radiación de onda corta y esto podría aumentar todavía más su contribución a la energía térmica presente a la atmósfera.
Radiación de onda corta y radiación de onda larga
Sin embargo, no es así, y este último estudio explica por qué: un análisis a fondo de la absorción de varias longitudes de onda revela que, en realidad, la radiación de onda corta tiene el efecto contrario, y la rincón es que su absorción afecta las nubes de varias capas de la atmósfera. Cuando el metano lo absorbe a la parte superior de la troposfera, además de 3km de altura, calienta el aire y hace que haya menos nubes, pero como que impide que continúe en dirección a la superficie, enfría la parte inferior de la troposfera, promoviendo la formación de nubes espesas.
Y como afecta esto el calentamiento de la Tierra? Mientras las nubes espesas a bajas alturas reflejan todavía más radiación de onda corta hacia el espacio, impidiendo que caliente la Tierra, las nubes además levantada absorben la radiación de onda larga, haciendo que la temperatura suba. Así pues, el resultado acaba siendo que, cuando menos en cuanto a la radiación de onda corta, el metano enfría el planeta, compensando una parte del efecto que tiene al absorber la radiación de onda larga.
Un impacto muy menor en el calentamiento global
Todo ello podría hacer que, en vez de haber contribuido a un aumento de la temperatura de 0,2 °C desde la Revolución Industrial, el metano ‘solo’ haya calentado la Tierra 0,16 °C. Además, estos datos también apuntan que el metano tiene una influencia muy menor en las precipitaciones globales del que se había pensado hasta ahora, aumentándolas en un 0,18% en vez de un 0,3%. Así pues, tener en cuenta la complejidad del comportamiento de los gases de efecto invernadero y sus efectos podría cambiar, en mayor o menor medida, los modelos actuales sobre el calentamiento global y, por lo tanto, se tendrían que tener mucho en cuenta.
