Un hallazgo hecho en Noruega podría cambiar el futuro del sector de las baterías eléctricas, especialmente las de los coches. Según informa ‘The Economist’, en este país se han descubierto 70.000 millones de toneladas de fosfatos, una materia prima clave para la transición energética del sector de la movilidad porque, hasta ahora, se creía que las reservas mundiales totales de este recurso eran de 71.000 millones de toneladas. Noruega, pues, a día de hoy tiene la mitad de los fosfatos que hay en el planeta.
Un recurso esencial para el futuro de la electrificación de la movilidad
Los fosfatos son un ingrediente clave para el tipo de baterías de ión de litio conocidos como LFP, que tiene una demanda cada vez más alta y que, de retruque, hace que las necesidades de fosfatos a la industria sean cada vez más grandes. Así pues un hallazgo como esta, que podría satisfacer las necesidades mundiales de esta materia prima durante los próximos 50 años, es extraordinariamente importando.

Un cambio en el equilibrio mundial de las reservas de fósforo
Además, pero, también supone un cambio muy significativo en el peso económico de los países productores: hasta ahora, cinco países tenían el 85% de las reservas, el 70% de las cuales correspondían solo en el Marruecos. Además, a día de hoy, China es el primer productor mundial, con 85 millones de toneladas anuales, mientras que Marruecos extrae unos 38 millones de toneladas.
Un camino para evitar un conflicto entre la producción de baterías y de alimentos
Esto no solo daba en estos países una fuerza muy importante como dominadoras del mercado mundial de fosfatos sino que, además, exponía las cadenas de suministro del mundo al riesgo de roturas o escaseces repentinas, puesto que los fosfatos no solo son empleados para las baterías eléctricas sino, especialmente hasta ahora, para usos agrícolas.

De hecho, pero, solo el 10% del fósforo presente a las rocas sedimentarias es apto para hacer el ácido fosfórico de alta pureza que necesita la industria del automóvil de forma que, gracias a las nuevas reservas de Noruega, quizás se consigue evitar un conflicto entre sectores económicos que habría podido ser muy importante.
Al fin y al cabo, las baterías LFP se consideran de entre las más baratas y con materiales más abundantes que hay disponibles actualmente, además de ser más seguras, cargarse más rápidamente y degradarse menos. Actualmente, de hecho, ya se usan en un 30% de los vehículos eléctricos nuevos que se fabrican en el mundo y son un mercado en expansión, que podría crecer de los 10.000 millones de dólares de 2021 a 50.000 millones de dólares el 2028.
La posible salvación de la industria europea del automóvil
Con un descubrimiento como este, pues, la industria europea del automóvil podría haber encontrado su salvación, puesto que tiene uno del materiales que hasta ahora eran más complicados de conseguir a la puerta de casa. Porque esto pase, pero, hará falta que las autoridades noruegas aceleren bastante la concesión de permisos como porque, de la localización del depósito a la explotación del recurso, pase el mínimo de tiempo posible. Según los últimos cálculos, la mina podría abrirse el 2028.
