El aumento de la generación de energía solar y eólica en China ha dejado absolutamente «boquiabiertos» los expertos. El último informe elaborado por la ONG Global Energy Monitor, que evalúa la implantación de las energías renovables en todo el mundo, afirma que, si continúa al mismo ritmo, el país conseguirá cumplir los objetivos que se había marcado para el año 2030 con cinco años de ventaja, llegando a los 1.200GW de generación solar y eólica.
Más energía solar que el resto del mundo junto
De hecho, a día de hoy, la capacidad de generación de energía solar en China ya es superior que la del resto del mundo combinada y, en cuanto a la eólica, la suma de los parques a tierra firme y marinos equivalen a la capacidad de generación de los otros siete países que encabezan el ranking de esta fuente renovable. El país, pues, a pesar de que continúa consumiendo aproximadamente la mitad de carbón del mundo, está haciendo esfuerzos enormes para hacer la transición a un modelo energético más sostenible.

Por bien, pues, que tanto el crecimiento económico como el impacto del cambio climático sobre la generación hidroeléctrica han llevado el país a continuar consumiendo cantidades enormes de carbón, parece que China está haciendo esfuerzos titánicos para cumplir el objetivo que se propuso en 2020: conseguir ser neutro en carbono el 2060. Para conseguirlo, está combinando incentivos económicos y cambios en las normativas energéticas y, al parecer, está teniendo unos resultados espectaculares.

China, de hecho, no solo está creciendo enormemente en cuanto a la instalación de las renovables en su territorio sino que también es el inversor más grande del mundo en este sector, cosa que es a la vez causa y consecuencia de la caída de los costes de producción de las renovables en comparación con los combustibles fósiles, creando un círculo virtuoso que no solo está beneficiando el país sino también el resto del mundo.
Este aumento de la diferencia de los costes, de hecho, es la gran esperanza para conseguir que China abandone de una vez el carbón, una necesidad imperiosa para todo el planeta puesto que, si el gigante asiático no cumple sus objetivos de reducción de emisiones, los esfuerzos que pueda hacer el resto del planeta serán muy beneficiosos pero su efecto en la hora de frenar el calentamiento global no será el que necesitamos.