Estudian las promesas de reducción de emisiones de gobiernos y grandes empresas

Los gobiernos y las grandes empresas del mundo se han puesto objetivos ambiciosos de reducción de emisiones para llegar relativamente pronto a la neutralidad en carbono. Las estrategias para implementarlos, pero, brillan por su ausencia o, como mínimo, no están a la altura de las circunstancias. Esta es la conclusión a que ha llegado el informe ‘Net Zero Stocktake 2023’, elaborado por los investigadores de Net Zero Tracker, un proyecto colaborativo que quiere comprobar la validez de las promesas de cero emisiones.

Más promesas pero muy poco movimiento

Los científicos siguen entidades de varias medidas, como por ejemplo países, regiones y empresas, que se han propuesto la neutralidad en carbono el 2050. También comprueban si sus compromisos son vinculantes. El último análisis muestra que la proporción de países que tienen compromisos vinculantes o en un documento legal de peso ha pasado del 7% de 2020 al 75% actual, cosa que muestra el cambio de actitud de los gobiernos respete la emergencia climática.

A la vez, pero, en cuanto al valor de las medidas implementadas, parece que no han variado mucho, y de hecho no han cumplido ni los criterios para podar en marcha la reducción, cuando menos en la mayoría de casos. Los investigadores afirman que crear regulaciones justas sobre los objetivos sería una medida muy fácil de implementar pero que, de momento, no se ha hecho.

Las empresas de combustibles fósiles continúan como siempre

En cuanto a la revisión de los planes para eliminar el uso de combustibles fósiles, los datos son todavía peores. De las 114 empresas del sector que han sido analizadas en este informe, un 67% han adoptado compromisos en este sentido, pero jefe de ellas tiene un plan para llevarlo a cabo, dejándolo solo en una declaración de intenciones sin que, de momento, se vea ningún efecto.

Así pues, parece que, tanto a nivel de organismos gubernamentales como también de las empresas, la lucha contra el cambio climático continúa yendo a un ritmo muy lento, si es que realmente hay algún cambio. A pesar de que las promesas se han multiplicado, e incluso hay muchas que tienen validez legal, los movimientos para empezar a hacerlas realidad continúa siendo la gran asignatura pendiente, cosa que hace que las perspectivas de futuro de la humanidad continúen siendo tan funestas como siempre.