Un dispositivo de medida de metano subterráneo situado en el pueblo de Folschviller, a Lorena (Francia) podría haber detectado un depósito gigantesco de hidrógeno que podría ser empleado como combustible. Según informa ‘Ars Technica’, la detección de concentraciones muy altas de este gas bajo la superficie a atraído científicos, periodistas y público en general, intrigados por un hallazgo que puede ser muy importante para la transición hacia una economía libre de emisiones de gases de efecto invernadero.
Una sorpresa mientras se estudiaba el metano
El 2006, se aprovechó un agujero cavado anteriormente para mesurar los niveles de metano subterráneo para la producción de combustible, puesto que Lorena ya había sido una de las principales regiones carboneras de Francia. A pesar de que a 650 metros de profundidad el metano es casi puro, a medida que se ha ido bajando se ha ido detectando cada vez más hidrógeno. A 1.100 metros, es un 14%. A 3.000 metros, se calcula que podría llegar al 90%.

46 millones de toneladas de hidrógeno natural
Si así fuera, el subsuelo de la región podría contener, se calcula, unos 46 millones de toneladas de hidrógeno natural, cosa que la convertiría en uno de los depósitos más grandes que se conocen. Para comprobarlo, pero, haría falta continuar perforando hasta llegar a 3.000 metros de profundidad y ver si, allá, las previsiones de concentración de hidrógeno se cumplen, cosa que podría cambiar la economía de la región.
Dos posibles orígenes
Además, así también se podría saber si se encuentra en forma disuelta o bien gaseosa y qué es su origen. Una de las hipótesis tiene que ver con la siderita, un mineral que recciona con el agua y, al oxidarse, libera hidrógeno mientras también se forma óxido de hierro. La otra tiene que ver directamente con los procesos químicos que forman el carbón, que libera tanto metano como hidrógeno y que tendría sentido teniendo en cuenta que Lorena tiene una de las cuencas carboneras más grandes del mundo.