Todo un sistema de corrientes oceánicas que son vitales para el funcionamiento del clima de la Tierra podría estar a punto de colapsar. Según un nuevo estudio publicado en ‘Nature’, la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC por sus siglas en inglés), de que la famosa corriente del Golf forma parte, se parará próximamente si no se hace nada para evitar que el calentamiento global continúe. Un fenómeno que tendría consecuencias funestas para la meteorología en todo el planeta y que podría pasar de aquí unas décadas o tan pronto como el 2025.
Una cinta transportadora que estabiliza el clima de la Tierra
La AMOC es una red de corrientes que funciona como una cinta transportadora, llevando agua cálida de los trópicos en el Atlántico Norte, donde se enfría, se vuelve más salada, se hunde hasta las profundidades y, desde allá, se esparce en dirección sur. Este movimiento regula los patrones meteorológicos mundiales y, si se parara, podría tener consecuencias terribles como por ejemplo inviernos mucho más extremos, subidas del nivel del mar e incluso una inversión de los monzones a los trópicos.

Los científicos hace años que alertan del peligro que el calentamiento global desestabilice este sistema, rompiendo el equilibrio de la temperatura y la salinidad que lo hacen funcionar. De hecho, recuerdan, hace más de 12.000 años ya se produjo un fenómeno parecido, haciendo que al hemisferio Norte hubiera fluctuaciones de las temperaturas de entre 10 y 15 grados en solo una década. La situación, pero, es mucho más grave de la que se pensaba hasta ahora, si hagamos caso a este último trabajo.
Los datos son muy preocupantes
Para comprender mejor el estado del AMOC, los investigadores analizaron las temperaturas superficiales del Atlántico Norte, concretamente en una zona en el sur de Grenlàndia, entre 1870 y 2020. Una zona que se calienta por el agua proveniente de los trópicos y que, si se enfría, quiere decir que la corriente se está debilitando. Los resultados muestran señales preocupantes de cambios en el AMOC, unos cambios que, si todo continúa igual, podrían hacer que se parara completamente entre 2025 y 2095, con el momento más probable situado entre 2039 y 2070.
Así pues, esta parada de las corrientes oceánicas, que tendría consecuencias catastróficas, no solo pasará sino que incluso tiene fecha y es mucho más pronto del que nos podríamos haber pensado, e incluso podría afectar la vida de muchísimas de las personas que, al 2023, están leyendo este artículo. Y como que este colapso es a causa de el calentamiento del agua del mar, la única manera de evitarlo es parando inmediatamente las emisiones de gases de efecto invernadero para impedir que las temperaturas continúen subiendo. No sabemos en qué momento este proceso será irreversible de forma que, como antes lo hacemos, menos probabilidades habrá que este futuro funesto se haga realidad.