A finales de siglo la contaminación del agua podría ser una gran crisis global. Según un artículo publicado en ‘Nature Water’, las simulaciones hechas por ordenador por un equipo de investigadores concluyen que este problema es una bomba de relojería que pondrá en peligro la salud de miles de millones de personas antes del 2100.
Un desastre inevitable si no se toman medidas
El trabajo, que ofrece un «análisis temporal y espacial del que han estado, hasta ahora, pruebas anecdóticas sobre la calidad del agua en la África subsahariana». A pesar de que en los tres escenarios climáticos y de desarrollo socioeconómico proyectados los resultados son diferentes, esta región del mundo será la más afectada por el problema, si bien el impacto podría llegar a hasta 5.500 millones de personas.

Según los autores del estudio, si no se hacen inversiones en infraestructuras y tratamiento del agua, el desastre es inevitable. A día de hoy ya hay 2.000 millones de personas con problemas para acceder a agua de boca en buenas condiciones, y a zonas como el este de Asia la industrialización ha hecho aumentar la contaminación a la vez que el crecimiento poblacional incrementaba la demanda, poniendo tensión a las infraestructuras.
Varios modelos con resultados diferentes
Para mirar como puede continuar esto en el futuro, los investigadores hicieron modelos de la calidad de la agua en periodos de 20 años entre el 2005 y el 2100 en tres escenarios diferentes que hacen referencia, esencialmente, a las emission de gaoss de efecto invernadero. En todos ellos, a pesar de que con diferencias, la calidad del agua empeorará a países de América del sur y la África subsahariana, especialmente en las economías consideradas emergentes. En los países ricos, en cambio, la presencia de contaminantes al agua continuará decreciendo gracias a las mejoras en el tratamiento.

En el peor escenario, donde los problemas entre países aumentarán, el crecimiento económico se frenará y también lo hará el progreso ambiental, la contaminación del agua en la África subsahariana se multiplicará por más de 4 de aquí a finales de siglo, poniendo en riesgo 1.500 millones de personas. En el sur de Asia, el Oriente Medio y el norte de África, además, también aumentará la exposición a la polución. Esto ha sorprendido los científicos porque se pensaba que, a pesar de que el escenario contemplaba un uso insostenible de los combustibles fósiles, también mejorarían las infraestructuras del agua, pero los problemas económicos derivado del cambio climático lo frenarán.
Los científicos proponen un curso de acción
Los autores destacan que su trabajo pone de manifiesto la necesidad de implementar políticas de calidad del agua a nivel regional para garantizar que, tal como especifican los Objetivos de Desarrollo Sostenible, todo el mundo tenga acceso a agua potable segura antes de 2030. Esto no pasará, y los investigadores afirman que hay una desconexión entre las políticas globales y la realidad a pequeña escala que requiere una aproximación conjunta porque «la polución desafía las fronteras nacionales».

