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El calentamiento de la Península empuja las máximas estivales en el norte de Europa

La manera como el calentamiento global está afectando la península Ibérica está haciendo que, de retruque, las temperaturas máximas de los días más cálidos de los veranos del noroeste de Europa estén aumentando el doble de rápido que las medias estivales. En un estudio publicado en ‘Geophysical Research Letters’, un nuevo estudio lidreat por la Universidad de Oxford explica que esta tendencia es especialmente fuerte en Inglaterra, Gales y el norte de Francia.

Una diferencia brutal en el aumento de la temperatura

El trabajo ha analizado datos sobre las temperaturas del aire en superficie en la región durante los últimos 60 años, llegando a conclusiones que ponen de manifiesto que, en estas zonas tradicionalmente frías, hay que adaptar algunas infraestructuras esenciales para que puedan resistir este impacto del cambio climático.

Los resultados indican que los acontecimientos de calor extremo, como por ejemplo las olas de calor, serán cada vez más habituales. Así, parece claro que el cambio climático está afectando países considerados más fríos pero de una manera desigual. Así, por ejemplo, si las temperaturas medianas en verano han aumentado unos 0,26 °C por década en Inglaterra y Gales, la temperatura máxima ha subido unos 0,58 °C por década.

La explicación es el calentamiento rápido de la Península

El curioso, pero, es que esta diferencia entre la subida de las máximas y la de las medias no se ha observado, o cuando menos en esta magnitud, a ninguno otro lugar del Hemisferio Norte. Los científicos, que miran de comprender cuál es la causa, consideran que el más probable es que sea que las grandes olas de calor en el noroeste de Europa se originan, cuando menos de manera habitual, por el transporte de aire caliente de la península Ibérica hacia el norte. Como que el sur de Europa se está calentando más rápidamente que el norte, esto podría explicar esta diferencia en los extremos más cálidos.

Los científicos alertan que hay que adaptarse a los cambios

En cualquier caso, el aumento de las olas de calor y de las temperaturas que se logran puede tener impactos negativos muy importantes, no solo en la salud y en la producción agrícola sino también en las necesidades energéticas y en las infraestructuras de transportes. Es por eso que, además de alertar que hay que tener en cuenta un aumento de los problemas respiratorios y cardiovasculares a los sistemas de salud del norte de Europa, hay otros muchos elementos en que hay que pensar en la hora de planificar el futuro.

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