Un nuevo estudio desarrollado por geocientíficos de la Universidad Técnica de Darmstadt ha constatado que los microplásticos y nanoplásticos no solo son una amenaza para los medios acuáticos, sino que también representan un grave problema para los bosques, ya que a través del aire se desplazan y terminan acumulándose en el suelo forestal. La descomposición de las hojas de los árboles juega un papel clave en el almacenamiento de los microplásticos. Los investigadores han podido comprobar que los niveles más altos de microplásticos se encontraron en las capas superiores de hojarasca, ligeramente descompuesta, mientras que las mayores cantidades de microplásticos estaban almacenadas en las capas más profundas del suelo.
Para sus investigaciones, el equipo de investigación tomó muestras de cuatro bosques del este de Darmstadt, en Alemania, y con un método analítico desarrollado y adaptado recientemente, pudieron medir el contenido de microplásticos del suelo, las hojas y lo que había en el transporte de sustancias desde la atmósfera a la superficie terrestre y lo analizaron con métodos espectroscópicos.
El autor principal, el doctor Collin J. Weber, del Instituto de Geociencias Aplicadas de la Universidad Técnica de Darmstadt, señala que «nuestros resultados indican que los microplásticos en los suelos forestales se originan principalmente en la deposición atmosférica y en la caída de hojas al suelo, conocida como hojarasca. Otras fuentes, en cambio, tienen una influencia menor». «Los microplásticos de la atmósfera se depositan inicialmente en las hojas de las copas de los árboles, lo que los científicos denominan ‘efecto pentini'», señala Weber.

Una nueva amenaza
Los investigadores advierten que los resultados del estudio demuestran que la presencia de estos microplásticos en el medio ambiente son una nueva amenaza para unos bosques que ya enfrentan problemas como el cambio climático o la deforestación, además de comportar graves problemas para la salud, ya que se demuestra que los microplásticos también pueden viajar a través del aire y afectar la salud pulmonar de los humanos. «Los bosques ya están amenazados por el cambio climático, y nuestros hallazgos sugieren que los microplásticos podrían representar una amenaza adicional para los ecosistemas forestales», añade Weber.