Uno de los grandes espectáculos deportivos del mundo se disputó el pasado fin de semana. En el Allegiant Stadium de Paradise, Nevada, se jugó el Kansas City Chiefs – San Francisco 49ers, correspondiente a la Superbowl del año 2023 y que se decantó del lado de los de Misuri, que ganaron el partido por un 25-22.
Un espectáculo de esta magnitud hace que, más allá de los forofos de los equipos, se desplacen todo tipo de personalidades y curiosos. Una acumulación de gente, y de gente con poder adquisitivo que puede haber dejado una huella ecológica bastante importante. La cuenta de Twitter, ahora conocido como X, FlightRadar 24, que monitora los vuelos que se producen en el mundo, ha descubierto que el lunes 12, un día después de la Superbowl, 512 jets privados se marcharon de Las Vegas.
El dato es muy importante, puesto que se estima que una hora de vuelo de un jet puede llegar a emitir dos toneladas de CO₂, un hecho que contrasta con la media de la Unión Europea, que fija que cada persona emite 8,2 toneladas en el año. Es decir, una hora de vuelo de un jet privado puede emitir una cuarta parte de CO₂ de lo que emite una persona en un año.
Taylor Swift quiere esconder la huella ecológica de su jet privado
Una de las personalidades que asistió a la Superbowl fue la artista musical norteamericana Taylor Swift, pareja del jugador de los Kansas City Chiefs, Travis Kelce. La cantante ha amenazado de denunciar a Jack Sweeney, un estudiante de la Universidad de Florida Central, que ha rastreado los vuelos del jet privado de la artista y ha calculado la huella ecológica que estos han dejado.