La crisis de los pélets en las costas gallegas revivió una crisis que estaba, y está, completamente cronificada a la Costa Daurada. Los pélets provenientes de las industrias del campo de Tarragona se han instaurado al paisaje de esta región de Cataluña gracias a la poca responsabilidad de las empresas y las administraciones, según explican ecologistas consultados por el Mundo Planeta. Víctor Álvarez, de Ecologistas en Acción, señala que «desde el punto de vista ecologista y ciudadano es bastante sencillo averiguar el origen de estos pélets«, Álvarez añade que «las administraciones han estado deficientes». Una visión que Pere Segura, alcalde de Vila-seca comparte parcialmente, puesto que destaca que «la situación hace cinco años que es anómala» además, el alcalde señala que «la Generalitat no ha estado a la altura».
Good Karma project y Surfrider Foundation fueron las primeras entidades a denunciar los hechos en 2018 y apuntan que durante los últimos años se han batido varios récords mundiales de recogida de pélets en la región. El año 2021 se recogieron 700.000 unidades, una cifra muy inferior a la que se obtuvo en 2023, cuando se recogieron más de dos millones de pélets en esta zona.

Piden responsabilidades
Good Karma Projects presentó un requerimiento de responsabilidad ambiental a la fiscalía, hecho que causó que el ente jurídico reabriera el caso de los pélets y abriera un expediente a 13 empresas, entre las cuales figuran Repsol Química o Schmidt Ibérica. Jordi Oliva, miembro de Good Karma Porjects explica que desde la plataforma ecologista están «expectantes» para ver «como reacciona la administración», pero sí que pide un «mínimo» del cual dice que es «que haya medidas sancionadoras a quienes contamina el entorno durante años y que se apliquen estas».
Víctor Álvarez, de Ecologistas en Acción, comparte la visión de Oliva, y pide «responsabilidades sobre la repercusión del litoral de la costa tarraconense, y que se aplique responsabilidad social corporativa para revertir el daño al medio ambiente». Álvarez exige que «esclarezcan el origen, que pongan cara y ojos y que apliquen soluciones». El ecologista alerta que el vertido de pélets a la costa tarraconense tiene un impacto al medio ambiente, pero que también afecta a la administración pública y la población civil, puesto que las soluciones ante esta crisis ambiental «las acaba absorbiendo la administración pública mientras las empresas se lucran y lo paga la ciudadanía».

Las empresas son una parte fundamental para entender la crisis, cronificada, de los pélets a la Costa Daurada, Jordi Oliva destaca que «la industria no se puede autorregular», y Álvarez argumenta que «la cantidad que generan por el que pierden, es un 1% de la producción, es asumible», un hecho sobre el cual el ecologista pone énfasis y añade que «aquella gente que se puede permitir una pérdida de producción es quien la produce. Si andas alrededor de las industriales, voces que los ríos colindantes están llenos de pélets».
Álvarez añade que las empresas se han lavado las manos sobre el vertido de los pélets, argumentando que «dentro de su industria controlaban todo el proceso y no tenían pérdidas, que no podían controlar las pérdidas durante el trayecto o las otras empresas que utilizan su producto».
La administración, la otra grande señalada
El papel de la administración pública ante la crisis de los pélets a la Costa Daurada ha quedado muy señalado por las entidades ecologistas. Víctor Álvarez se mostró muy duro con cómo han actuado: «las administraciones han estado deficientes. La administración es conocedora, hacían algún trabajo de campo, pero nadie ha querido iniciar la investigación. Las empresas son un agente, y un conjunto de agentes sociales y económicos muy fuertes, y la economía prevalece».
Esta valoración la comparte Pere Segura, alcalde de Vila-seca, quien dice que la Generalitat «no ha dado prioridad a este problema, ni a la fase inicial se puso a ver qué pasaba, de donde venía y donde sucedía», Segura añade que la Generalitat tampoco ha dado la relevancia, ni ha dotado de medios y tampoco ha aplicado medidas para evitar el desastre.
