Los ojos de los renos han evolucionado de forma que, incluso entre la nieve, son capaces de encontrar comer. Lo hacen gracias a una adaptación que los permite ver la luz ultravioleta, una capacidad sorprendente que, según explica un equipo de invetigadors en un artículo publicado en ‘y-Perception’, los permite sobrevivir en un clima extremo y dónde en los inviernos no solo es todo de color blanco sino que, además, la luz del sol es escasa.
Unos animales con un alimento preferido
El principal alimento de los renos es un tipo de líquen denominado ‘Cladonia rangiferina’, que forma cubiertas crujientes en grandes partes de las latitudes más septentrionales del planeta. Es un organismo, pues, crucial para su supervivencia, y la capacidad de estos mamíferos ungulados de encontrarlo es importantísimo.
Los autores de estos estudio trabajaron en las montañas Cairngorms, a las Tierras Altas de Escocia. Allá es donde vivo la única manada de renos de la Gran Bretaña, donde fue reintroducido después de que la caza hubiera llevado estos animales a la extinción en la zona. Allá, además, viven más de 1.500 especies de liquenes, pero aun así los renos continúan centrándose en la ‘C. rangiferina’ para sobrevivir a los inviernos.
Una adaptación sorprendente
A este rasgo tan peculiar se suma al hecho que, para el humanos, estos liquenes de color blanco están imposibles de ver en medio de la nieve del invierno del Ártico. Sin embargo, los investigadores han descubierto que los ‘C. rangiferina’, como también algunos otros liquenes de que también se alimentan los renos, absorben luz ultravioleta.

Es por eso, tal como se ha podido comprobar, que los renos los ven como manchas negras en medio de un paisaje de color blanco brillante. Una diferencia enorme con el que vemos los humanos y que hace que estos liquenes sean, para ellos, un alimento muy fácil de encontrar. Así pues, en momentos donde el paisaje es muy frío y desolado, no tienen que invertir mucha energía paseando en la busca de comida, puesto que pueden verlo de lejos y aprovechar al máximo las calorías para sobrevivir en invierno.
Los ojos de los renos cambian según la estación
Este descubrimiento entronca con un hecho que han revelado estudios anteriores: que los ojos de los renos cambian según sí es verano o invierno. Su ‘tapetum lucidum’, la membrana que mejora la percepción de la luz y que hace que muchos animales salgan con los ojos brillantes a las fotografías, cambia de un color dorado durante la estación cálida a un moratón muy vive que, al parecer, amplifica la poca luz que llega durante la estación fría en las regiones polares.
Es este ‘tapetum lucidum’ de color azul el que, precisamente, también hace que aproximadamente un 60% de la luz ultravioleta llegue a los sensores de colores de los renos, haciendo que su invierno esté teñido de morado –como vemos nosotras la luz negra– pero con la nieve brillante mientras que los liquenes aparecen oscuros y fáciles de distinguir. Una adaptación que los permite encontrar comer rápidamente y sobrevivir en algunos de los lugares más inhóspitos del planeta.