Los ciudadanos de la Comunidad Valenciana están enfrentando un fenómeno meteorológico que ya ha sumado más de 60 víctimas mortales y abundantes daños materiales. Una gota fría, o popularmente conocida como DANA, es un fenómeno que a primera vista no se ve, ya que se trata de una borrasca en altura, motivo por el cual recibe el nombre de DANA -Depresión Aislada en Niveles Altos-. Esta característica hace que los meteorólogos y servicios de emergencia y climatología no se guíen a través de los clásicos mapas isobáricos (no pueden evidenciar la presencia de la DANA) y deben utilizar los mapas de altura (donde sí se reflejan). Es precisamente este hecho el que hace de las DANA un fenómeno que trae un montón de quebraderos de cabeza a los meteorólogos y los servicios de climatología y muchas veces pasan desapercibidas como si se tratara de una borrasca ‘fantasma’.
¿Cómo se forman estas DANA?
El origen de estas borrascas viene provocado por la ondulación general atmosférica en latitudes altas (de oeste a este) y que permite separar el aire frío del norte del aire templado del sur. Cuando el chorro polar sufre ondulaciones y curvaturas, hace que se aísle parte de la circulación del aire frío, generando una bolsita más fría que el aire que la rodea. Cuando esto ocurre, se genera una inestabilidad (una diferencia térmica entre el aire que sube y su entorno) en la atmósfera que provoca que las masas de aire desciendan con gran facilidad y que acaben saturándose de vapor de agua provocando tormentas de alta intensidad. Si esta ondulación excede los parámetros ‘normales’, termina generando una bolsa de aire frío cerrada, que se encuentra aislada en altura y que se desvincula de las circulaciones de aire, pudiendo provocar una DANA.
