Los investigadores del Departamento de Geociencias y Gestión de Recursos Naturales de la Universidad de Copenhague han podido observar, en detalle, la evolución del hielo en la Antártida Oriental gracias a unas fotografías aéreas del año 1937 que habían caído al olvido. Los resultados de la investigación señalan que el hielo se ha mantenido estable durante todos estos años y, incluso, ha crecido ligeramente. A pesar de estas noticias positivas, los científicos sí que ven unos primeros signos de debilitamiento. Gracias a esta investigación, los científicos podrán mejorar sus predicciones sobre los cambios al hielo y el aumento del nivel del mar.
Rompiendo las tendencias actuales
El mundo está atravesando unos momentos críticos en cuanto al clima. Encontramos que en todo el planeta hay temperaturas más altas, condiciones climáticas extremas, glaciares fundidos y aumento del nivel del mar. Gracias a las fotografías aéreas y la informática moderna, los investigadores de la Universidad de Copenhague han podido seguir la evolución de los glaciares de la Antártida Oriental, una área de unos 2.000 kilómetros de costa y que contiene casi el mismo hielo que toda la capa de Groenlandia.

Comparando las fotos antiguas con las actuales, los investigadores han podido determinar si los glaciares han sufrido un retroceso, han avanzado, se han engrosado o se han adelgazado. La sorpresa ha llegado cuando los científicos han podido observar que la capa de hielo se ha mantenido estable y que, además, ha crecido ligeramente en los últimos 85 años. El estudiante de doctorado y primer autor del estudio, Mads Domgaard, ha señalado que «es reconfortante observar una área de glaciares que se ha mantenido estable durante casi un siglo».
Muestra firmas de debilitamiento
Malgrat la noticia positiva, el investigador explica que se han detectado los primeros signos de debilitamiento al glaciar, un hecho que podría suponer su reducción en el futuro. Domgaard señala que los resultados del estudio «indican un debilitamiento de las condiciones del hielo marino, cosa que hace que las lenguas de hielo flotantes de los glaciares sean más vulnerables e incapaces de crecer tanto como se ve a las primeras imágenes aéreas de 1937».

