Cataluña ha sufrido un verano en el que los incendios han sido grandes protagonistas en la versión más negativa. Los incendios son uno de los grandes problemas naturales a los que los humanos deben enfrentarse. Ahora, un estudio liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) alerta que los incendios forestales de gran escala han aumentado su frecuencia y su severidad en los últimos años. Los resultados del estudio muestran que el año 2010 «es cuando se detecta que los incendios son más severos y afectan áreas más extensas, sobre todo en las regiones áridas y boreales, entre otros motivos, porque este año marca un punto de inflexión en la aceleración del cambio climático, con más calor, sequías y eventos extremos». Los investigadores destacan que las zonas del planeta que más están expuestas, por ahora, a este tipo de fenómenos «son la región oeste de Norteamérica, el sureste de Australia, el norte de Sudamérica, el sur de Asia, y la región centro-este del norte de Siberia». Los investigadores, además, alertan que la previsión es que la incidencia global de los incendios de gran escala aumente un 14% en 2030 y hasta un 50% a finales de siglo.
En total, los investigadores han analizado 3.281 incendios en todo el mundo entre 2001 y 2021 y destacan que no solo está el impacto directo del incendio, que calcina bosques, casas, espacios naturales y civiles, sino que la recuperación de los bosques cada vez es más lenta y casi se necesita una década para recuperarse de este impacto. Además, señalan que la gravedad y el tiempo de recuperación son dos cosas que van totalmente unidas ya que la gravedad del incendio es la que condiciona la recuperación del bosque. “Con los resultados vemos, por un lado, que los ecosistemas cada vez están sufriendo incendios más graves y, por otro, que tardan más en recuperarse.”, destaca Josep Peñuelas, investigador del CSIC en el CREAF y uno de los coautores del estudio.
Expuestos
La violencia e intensidad de estos incendios ha generado nuevas situaciones en todo el planeta. En las regiones áridas y boreales el impacto de estos incendios ha sido tan grande que ha terminado causando cambios importantes en la estructura y el funcionamiento de los bosques que condiciona su recuperación, ya que los incendios más graves no solo calcinen las copas de los árboles sino que la intensidad del fuego es tan grande que también destruye las semillas, los brotes y buena parte del suelo orgánico. Donde se agrava la situación es en los bosques boreales, ya que por su naturaleza ya eran bosques que presentaban una recuperación más lenta.

Generalmente los bosques se recuperan de un incendio en unos cuatro años, aunque los bosques más sensibles necesitan entre cuatro y cinco meses más para recuperar la densidad de vegetación. A pesar de todo, se han detectado casos en los cuales la recuperación del bosque se estanca y causa un declive forestal. Esta suma de factores hace que los investigadores soliciten el despliegue de medidas de restauración ecológica y reforestación para acelerar la regeneración forestal y preservar el papel de los bosques en la lucha contra el cambio climático.