Las lluvias que se han vivido las últimas semanas han supuesto una «enorme alegría» para los campesinos de Girona, que finalmente sí que pueden usar el forraje plantado para alimentar el ganado. Tal como ha informado la Agencia Catalana de Noticias (ACN), desde el sector celebran las lluvias, puesto que consideran que han vuelto en un momento «clave» para la crecida y desarrollo del cereal. En este sentido, destaca, sobre todo, el impacto de las precipitaciones del fin de semana del 9 y 10 de marzo.
Esta situación ha tranquilizado a los campesinos, que estaban preocupados por si tenían que comprar sembrado fuera, lo cual supone un incremento de costes importante. Prevén que podrán alimentar al ganado durante unos meses y en algunos casos, en explotaciones más pequeñas, durante todo el año. Además, en caso de que el mes de abril vuelve a llover como se prevé, se podrá garantizar un rebrote que permitiría ser muy optimistas. Por su parte, el coordinador de UP en el Alt Empordà, Xavier Frigola, ha reconocido al ACN que empezaron la siembra del 2024 “preocupados”, precisamente porque venían de un 2023 “muy malo”. “Que haya llovido en esta época, que es la más precisa, nos da una previsión importante y entonces veremos qué. Pero de momento está bien”, remarcó.
Una situación «complicada»
La situación de sequía está todavía lejos de revertirse y, tal como recuerdan los campesinos, la situación es «complicada». A pesar de que las lluvias de este mes de marzo han conseguido recuperar la capacidad de la mayoría de los pantanos de Catalunya, la portavoz del Gobierno, Patrícia Plaja, dejó claro este martes que “no tiene sentido” levantar la fase de emergencia por sequía para volver al cabo de unos días, de forma que insistió que “no está previsto” que haya ninguna flexibilización de las medidas. A pesar de ello, remarcó que cuando se pueda se hará “tan pronto como sea posible”.
