El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha advertido que en los últimos cinco años las playas del norte de Barcelona han perdido 30.100 m² de arena. ‘El Estudio sobre las tendencias de cambio climático en las playas metropolitanas’ alerta de esta tendencia peligrosa -especialmente en aquellas poblaciones en las que las vías ferroviarias y las carreteras pasan muy cerca de la costa. Esta pérdida de 30.100 m² de arena en las playas del Barcelonès norte y el bajo Maresme supone una pérdida del 13% del total de la arena de estas playas y que en los últimos 25 años el nivel del mar ha subido un total de 14 centímetros y las olas provocadas por los temporales han crecido 30 centímetros.
Esta situación es crítica, sobre todo en Badalona y Montgat, donde las playas se encuentran en un estado crítico y de vulnerabilidad extrema. De hecho, Montgat ha perdido el 70% de la arena de sus playas debido a cuatro temporales que han azotado con fuerza el litoral catalán y las playas de Can Tano, Montsolís y Toldos han desaparecido totalmente, mientras que en la playa de las Barques la arena no ha desaparecido, pero se encuentra en un estado crítico. Por su parte, en Badalona la playa de la Barca Maria todavía resiste los embates climáticos y mantiene arena -en estado crítico- y, por su parte, la playa de los Pescadores, también en Badalona, se mantiene estable conservando una anchura de 50 metros. En Sant Adrià de Besòs, en cambio, el aporte de arena del río Besòs ha causado un aumento de su playa que ya cuenta con 100 metros de anchura.
Recuperar las playas, un ejercicio olímpico
Este estudio de la AMB alerta que la anchura idónea de una playa en Cataluña debería ser de unos 25 metros y en caso de que se produzcan temporales importantes o excepcionales debería ser de 75 metros. Para regenerar las playas del Barcelonès norte y bajo Maresme se necesita una gran cantidad de arena, concretamente 965.045 metros cúbicos de arena, una cifra que equivale al volumen que supondría llenar 400 piscinas olímpicas.

Temporales que azotan Cataluña con más intensidad
La investigación señala que ha habido un aumento de 5,6 milímetros anuales del mar desde 2003, lo que supone una subida de 14 centímetros en 25 años; un fenómeno al que se debe sumar el fuerte oleaje y el cambio de los patrones de los temporales, una combinación que explicaría esta regresión del litoral del norte de Barcelona.
De hecho, los expertos alertan que ha habido un incremento del número de temporales y ha habido un descenso de los episodios de levante. Concretamente, se producen tres temporales de componente sur más cada década y estos temporales cada vez son más energéticos y potencialmente destructivos.