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La península Ibérica, una de las zonas de Europa más afectadas por el calor de agosto

El servicio climático Copernicus, el programa de la Unión Europea de observación y monitoreo de la Tierra, que analiza el planeta y el medio ambiente en beneficio de los ciudadanos europeos, ha señalado que la península Ibérica es una de las zonas de Europa más afectadas por el episodio de calor que se sufrió en el mes de agosto, cuando los termómetros llegaron a superar los 40 grados en varios lugares de Portugal y España. Copernicus ha destacado «el oeste de Europa experimentó las temperaturas atmosféricas más pronunciadas por encima del promedio; la península Ibérica y el suroeste de Francia se vieron particularmente afectados por las condiciones de la ola de calor» y destaca que este verano de 2025 fue el cuarto más cálido jamás registrado -con 0,9 grados por encima del promedio de la serie 1991-2020- en toda Europa desde que se tienen registros. Copernicus detalla que entre junio y agosto en Europa las temperaturas se situaron por encima del promedio «en casi todas las partes del continente» con la pequeña excepción del este de Europa, donde las temperaturas no siguieron la tendencia del resto del continente y se convirtieron en la excepción.

Europa, de hecho, solo fue una muestra de la tendencia generada en todo el planeta, donde se sufrió un verano más caluroso de lo habitual y los termómetros subieron hasta convertirlo en el tercer verano más cálido desde que se tienen datos y los datos muestran que entre junio y agosto las temperaturas fueron 0,47 grados más cálidas que el promedio 1991-2020 y solo se registraron cifras más altas durante los años 2023 y 2024.

Un agosto irregular que sirve de advertencia

En el mes de agosto la temperatura media en el Viejo Continente se situó en los 19,46 grados, una cifra 0,3 grados superior al promedio del periodo 1991-2020, unos datos que en gran parte fueron motivados por la ola de calor, pero que a pesar de este episodio de altas temperaturas, este mes de agosto no se sitúa ni entre los 10 agostos más cálidos en Europa desde que se tienen registros, mientras que en todo el mundo fue el tercer más cálido.

Calor. Un hombre llena su botella de agua en plena ola de calor frente a varios turistas. / Marta Cardenal

De hecho, este contraste entre episodios de calor extremo y una temperatura media que no se sitúa entre los 10 agostos más cálidos es lo que hace que la responsable estratégica de clima del Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas, a Medio Plazo, Samantha Burgess, alerte que este comportamiento climático es excepcional y no solo pone de manifiesto «la urgencia de reducir las emisiones, sino también la necesidad crítica de adaptarse a fenómenos climáticos extremos más frecuentes e intensos». Burgess, además, recuerda que durante este mes de agosto se sufrió una tercera ola de calor especialmente extrema que fue «acompañada de incendios forestales y unos océanos que continúan estando insulsamente cálidos».

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