El cambio climático sigue siendo lo gran protagonista de nuestro siglo. Su impacto también se está viendo a África, donde el número de incendios en los bosques tropicales húmedos se ha duplicado en los últimos 18 años, siente especialmente notorio su impacto a la cuenca del Congo. Un estudio publicado a Geophysical Research Letters señala que estos aumentos vienen provocados por las condiciones climáticas, que son cada vez más cálidas y secas, y por el impacto humano en los bosques, donde está incluida la deforestación.

Si los bosques están más secos hay incendios más frecuentes
Este nuevo estudio supone la primera evaluación integral de los patrones de incendios. Los investigadores utilizaron imágenes de satélite para rastrear los incendios activos desde 2003 hasta 2021 a África, y en su investigación advirtieron un aumento de la frecuencia de los incendios, sobre todo en los bosques de las tierras bajas del noroeste del Congo, donde se produjeron 400 incendios activos más por cada 10.000 kilómetros cuadrados el año. Precisamente a la cuenca del Congo es donde hubo un gran incremento, puesto que la densidad de incendios activos se duplicó durante estos 18 años.
En el estudio se comparó los incendios producidos con los diversos patrones climáticos, y advirtieron de la asociación entre incendios, las altas temperaturas y el déficit de presión de vapor, que es un indicador del estrés hídrico de las plantas. Esta relación se acentuó durante el «súper El Niño» del año 2015-2016, que aportó condiciones anómalas de calor y sequía en el África.
Los investigadores alertan que allá donde hay mayor actividad de incendios son las áreas donde se ha producido una mayor pérdida de bosques y una mayor deforestación, que está asociada a altos niveles de actividad humana y fragmento los bosques restantes. Esta fragmentación supone que se aumente la longitud de los bordes expuestos de allá donde queman la mayoría de los incendios. Hay que destacar que el borde de los bosques disfrutan de un microclima más seco y con más presencia de especies invasoras que en los bosques interiores, un hecho que lo convierte en más susceptibles a los incendios.