Desde el año 2000, las grandes ciudades del mundo han ‘ganado’ 2.350km2 en el mar. Esta ‘creación’ artificial de tierras emergidas, que a menudo sirve o bien para ampliar puertos o para crear zonas residenciales de lujo a primera línea de mar, hasta hace pocos años era más habitual en los países del norte mientras que, ahora, se ha vuelto mucho más común en el Sur Global. Todo ello es entre las conclusiones de un estudio publicado en la revista ‘Earth’s Future’, que ha analizado imágenes por satélite para calcular los cambios en la superficie de 135 ciudades de como mínimo 1 millón de habitantes, de las cuales 106 han llevado a cabo alguno proyecto de expansión de la costa durante las últimas dos décadas.
El aumento de la población no es la única causa
El trabajo señala algunas características de este crecimiento como, por ejemplo, que el aumento de la población no es la única causa. De hecho, se espera que estos proyectos incrementen no solo donde la población crece sino también en lugares donde se quiere aumentar la reputación y los ingresos de las ciudades. Es por eso, parece, que el Sur Global es su principal impulsor. Desde el año 2000 China, Indonesia y los Emiratos Árabes Unidos son los países que han ganado más terreno en el mar, normalmente por agrandar sus puertos. Shangái, por ejemplo, ha ganado 350 kilómetros cuadrados de superficie.

Un desarrollo nada sostenible
Todo ello, además, tiene dos problemas importantísimos: por un lado, el impacto ecológico de este desarrollo urbanístico en el que, antes, eran hábitats costeros; de la otra, el 70% de esta expansión, según el estudio, se ha hecho en zonas que probablemente estarán expuestas a una gran subida del nivel del mar de aquí a finales de siglo, causada por el calentamiento global. Así pues, y a pesar de que estos proyectos continúan desarrollándose, es muy claro que no son sostenibles.
Destrucción de ecosistemas y aumento de la desigualdad
El impacto de la ampliación artificial de las costas en los ecosistemas marinos es enorme. Un proyecto como este supone una obra de ingeniería civil de escala masiva que cambia completamente el espacio que ocupa y también los alrededores. Sin embargo, a muchos lugares del mundo estos efectos no se tienen en cuenta: destrucción de hábitats, cambio de los patrones de movimiento de los sedimentos y de el impacto de las olas, aumento de la contaminación del agua…
Todo ello, además, puede impactar la economía, empezando por la pesca y el turismo, y el acceso en las nuevas zonas puede aumentar todavía más las diferencias de clase. El estudio, pues, señala un otros de los muchos problemas que la actividad humana está causando no solo en la Tierra sino también en las mismas personas que viven. En unos proyectos que, además, podrían volver a ser recuperados por el mar de aquí a pocas décadas.