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Un hongo mortífero amenaza la supervivencia de los anfibios de África

Un hongo mortífero, que hasta ahora afectaba la Centro y Sudamérica y también Australia, está amenazando la supervivencia de los anfibios de la África. Según un nuevo artículo publicado en la revista ‘Frontiers in Conservation Science’, un tronco del hongo que se creía benigna podría ser más común y virulenta del que se creía, contribuyendo a la que ya es la peor catástrofe que ha sufrido nunca la fauna salvaje, con centenares de especies desapareciendo o llegando al límite de la extinción.

El 41% de los anfibios están en peligro de exinció

La quitridiomicosi, descrita por primera vez a finales de los años 90, se ha esparcido por África en poco más de dos décadas, probablemente transportada por el tráfico aéreo y el comercio de animales y comer. Si la mayoría de patógenos afectan un número limitado de especies, este hongo afecta todos los anfibios, alimentándose de su piel, y se lo considera responsable que el 41% de estos animales estén en peligro de extinción.

A escala humana, de hecho, esta enfermedad es cómo la Peste Negra de los anfibios y está acabando con las ranas y las salamandras del mundo, desestabilizando los ecosistemas donde viven y, por lo tanto, generando todavía más problemas. Hasta ahora, pero, no se sabía cómo había afectado la África, donde viven más de 1.200 de las 8.592 especies de anfibios del mundo.

Lo 'Batrachochytrium dendrobatidis' está exterminando los anfibios de todo el mundo
Lo ‘Batrachochytrium dendrobatidis’ está exterminando los anfibios de todo el mundo

Una enfermedad que asfixia las ranas y las salamandras

Al parecer, hay algunas especies que son infectadas pero no los pasa nada. A las otras, pero, las esporas del Batrachochytrium dendrobatidis entran a la piel de los animales y, en 24 horas, ya están produciendo miles más que pueden entrar al agua y propagarse por otros animales. Una vez infectados, la piel de los anfibios se vuelve hasta 40 golpes más gruesa, impidiéndolos respirar y deshidratándolos hasta que, finalmente, acaban muriendo.

Un estudio a fondo de la propagación por la África

Para saber cuál es la situación en la África, los investigadores han hecho un gran estudio buscando señales de la existencia de la enfermedad a partir de medios del siglo XIX, examinando casi 17.000 ejemplares de varios países. Es así, por ejemplo, como han llegado a establecer el caso más antiguo conocido de esta patología, que se ha identificado en un animal encontrado al Camerún el 1933.

Una rana muerta a causa de la quitridiomicosi, que se alimenta de la piel de los anfibios | Forrest Brem (CC)
Una rana muerta a causa de la quitridiomicosi, que se alimenta de la piel de los anfibios | Forrest Brem (CC)

Todo y este inicio relativamente antiguo, parece a partir de los años 60 el hongo era presente en menos del 5% de los ejemplares examinados cada década mientras que, el 2000, saltó de golpe a un 17,2%, esparciéndose especialmente rápido al Camerún y a Kenia. En el primer caso, además, el tronco conocido como Bd-CAPO ha demostrado ser más virulenta del que se pensaba hasta ahora. En Guinea Ecuatorial, en cambio, ha habido una gran caída de la prevanelça del mal, sin que se sepa el motivo.

Un nuevo caso de pandemia causada por los humanos

Queda saber, está claro, qué causó esta propagación tan rápida del hongo a partir del año 2000. En un estudio anterior sobre la expansión de la enfermedad en los Estados Unidos, se observó como coincidió con la construcción de nuevas carreteras, un camino para que el patógeno llegara a poblaciones de ranas que nunca habían sido afectadas. En la África, parece que la razón de la propagación ha sido lo transporte aéreo y marítimo, que ha aumentado las conexiones entre países.

Parece un nuevo caso, pues, de un aumento de la conectividad causada por los humanos y que desequilibra millones de años de evolución entre patógenos y huéspedes y entre especies, como el caso de las especies invasoras o el del virus de la Covid-19. Un desequilibrio que puede destruir la biodiversidad de todo el mundo a una velocidad extraordinaria.

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