Cataluña, gracias al Departamento de Acción Climática, está creando nuevos pinos piñoneros y de fresno que sean más productivos, mejor adaptados al cambio climático y más resistentes a las plagas. Gracias a la investigación genética se seleccionan los mejores ejemplares de los bosques de Cataluña y se hacen crecer en el centro que Forestal Catalana tiene en Sant Feliu de Buixalleu (Selva) y que ocupa 11 hectáreas. Anna Sanitjas, directora general de Bosques y Gestión del Medio, en declaraciones recogidas por la ACN, explica que se buscan «soluciones basadas en la naturaleza, seleccionamos de los bosques los mejores árboles, los que se adaptan mejor y son más resistentes a plagas y enfermedades». Precisamente en este centro se han plantado pinos piñoneros que producen piñas en solo tres años y se está investigando como crear ejemplares de fresnos que puedan resistir un hongo que provoca la mortalidad del árbol.
En estos laboratorios «se guardan más de 100 especies típicas y autóctonas» y a partir de las entonces seleccionadas de los mejores ejemplares se hacen crecer los nuevos árboles en invernaderos por después hacer las mejoras genéticas correspondientes. Según explica Sanitjas, «seleccionamos de base aquellas plantas y árboles que han nacido y crecido en Cataluña» y señala que el objetivo es que los piñoneros y los fresnos sean más resistentes al cambio climático, las plagas, y mejorar la producción.

Se tiene que destacar que el pino piñonero en Cataluña es un árbol que está muy extendido y llega a ocupar cerca de 36.000 hectáreas y juega un papel fundamental en la producción de piñones de la nación. Un hecho que destaca Sanitjas, puesto que «en nuestro país el piñón tiene un gran potencial y es un producto muy preciado; por ejemplo, para los panellets».
