Un tercio de la población del Mediterráneo, entre ellos los habitantes de la capital catalana, carreteras, trenes y aeropuertos próximos a la costa están en «alto riesgo» por el aumento del nivel del mar. Así lo determina un informe de la red de científicos MedECC publicado este lunes. Concretamente, según los expertos, cerca de veinte millones de personas se verán empujadas a huir de la costa mediterránea para el año 2100 debido al aumento del nivel del mar provocado por el calentamiento global del planeta. Los especialistas señalan que, en estos momentos, el nivel del mar sube 2,8 mm al año, pero a finales de siglo podría haber aumentado un metro de media. Este aumento, pues, condicionaría completamente la vida que se lleva actualmente en los puntos costeros de Cataluña.
En esta misma línea, la catedrática de Física de la Atmósfera de la Universidad de Barcelona y coordinadora del informe, Maria del Carmen Llasat, apunta en declaraciones a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) que el retroceso de la línea de la costa podría llegar hasta los 60 metros de distancia a finales de siglo. Los cambios en la vida de los ciudadanos, sin embargo, no estarán solo relacionados -según los expertos- con el aumento del nivel del mar, sino porque creen que en los próximos años se intensificarán las lluvias torrenciales en la zona norte del Mediterráneo. La coordinadora del informe asegura que las cantidades de precipitación que ya se están registrando, como las que han golpeado la capital catalana o algunos puntos del País Valencià en los últimos días, son «superiores» a las que se darían en un contexto sin cambio climático.

Los efectos del turismo en el agua
El informe también pone énfasis en los efectos de la presión del turismo en la región del Mediterráneo, especialmente en lo que respecta al agua. Concretamente, los científicos recuerdan que la zona atrae «un tercio del turismo mundial», motivo por el cual consideran fundamental trabajar para convertirlo en un modelo sostenible para el medio ambiente. De hecho, el informe reconoce que es un sector importante en el ámbito socioeconómico, pero recuerda que aún puede ser más sostenible si se promueve el uso de energías renovables, la conservación de los recursos naturales y las comunidades locales -uno de los grandes objetivos del sector: «Cataluña debe volver a ponerse las pilas con las renovables», constata Llasat, que considera que el país está “muy atrasado” respecto al resto de Europa.