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Estas son las playas con bandera negra de Cataluña

Uno de los clásicos de la temporada estival y de las localidades costeras es la celebración de los ayuntamientos y las instituciones de disfrutar de la bandera azul, el distintivo que la fundación europea de Educación Ambiental otorga anualmente a aquellas playas y puertos que cumplen una serie de condiciones ambientales e instalaciones.

Como hace desde el 2015, Ecologistas en Acción (EcA) ha elaborado un informe que incluyen las banderas, pero en este caso son negros para aquellas playas que cumplen uno de estos dos requisitos: Mala gestión o contaminación. Los resultados de este informe señalan cuatro puntos del litoral catalán: La playa de la Pineda, el Preventorio de la Savinosa, la costa del Maresme y la de la Costa Brava, la playa de Sant Adrià de Besòs y la de La Farella.



Tarragona, tacada por la administración

Uno de los aspectos fundamentales que señalan desde Ecologistas en Acción es la administración. La bandera negra por contaminación lo han otorgado en la playa de La Pineda, una playa manchada por la contaminación per pélets provenientes de las industrias petroquímicas. EcA pide a la Generalitat a que «obliguen el conjunto de operadores de la industria química que trabajen con estos productos a asumir los costes de la limpieza y reparación de los daños ambientales».

El otro aspecto señalado de la costa tarraconense es la construcción de un vial de 6 metros de anchura al camino de ronda a su paso por la finca del preventorio de la Savinosa. Un hecho por el cual el colectivo ecologista pone el clamor al cielo, puesto que señalan que «ya hay un proyecto que prevé la creación de un carril bici a la nacional 340, que conectará la playa de la Arrebatada con la playa de la Savinosa. Estamos hablando que se están proyectando dos carriles bici, paralelos, a 200 metros de distancia uno del otro, que tendrán la misma función». Un hecho que no es paso anecdótico, puesto que el carril bici de la N-340 es una vía ya asfaltada, mientras que el del camino de ronda implicaría la pavimentación de la zona que comportaría la destrucción de la natura y la riqueza del camino.

Imagen de los pélets recogidos en la playa La Pineda, en el municipio de Vila-seca (Tarragonès) / ACN

El litoral barcelonés, en peligro por culpa de la artificialización

Esto es el que denuncian desde Ecologistas en Acción. El colectivo verde señala directamente la costa de la marisma como una de las grandes perjudicadas por el efecto de los humanos sobre el ecosistema, puesto que cuenta con «5 puertos deportivos y 18 espigones artificiales en un tramo de solo 46 kilómetros lineales, entre Montgat, y Malgrat de Mar». Los ecologistas alertan que la zona de costa del Maresme, excesivamente urbanizada y artificializada, hace que sea más vulnerable a los efectos del cambio climático y la hace más susceptible a sufrir graves consecuencias para las infraestructuras de país y la propiedad privada en caso de temporal. Por todos estos hechos, desde EcA otorgan la bandera negra por contaminación en esta zona del litoral catalán.

Las Tres Chimeneas de Sant Adrià de Besòs esperan el inicio de su transformación en un hub audiovisual / A.R.

En cuanto a la bandera negra por mala gestión, esta va dirigida al Plan Director Urbanístico de las tres Chimeneas, en Sant Adrià de Besòs. Este plan urbanístico prevé la construcción de 2.000 viviendas, oficinas, comercios y 20.000 m² de hoteles con uno, pero, que es que estará ubicado en una zona inundable de esta población catalana. La fuerte oposición vecinal, que pugna para hacer de este espacio de una zona verde, puede jugar un papel clave en el futuro de esta zona del litoral catalán, puesto que señala que es uno «pelotazo» especulativo para la propiedad de la antigua central energética (Endesa y Banco Santander) y de las inmobiliarias (Metrovacesa y Frente Litoral Besòs SL).

La propiedad privada, el enemigo de la costa gerundense

A la Costa Brava la bandera negra por contaminación no se ha destinado en ninguna playa en particular, sino que se hace extensiva en todas partes del litoral de la costa gerundense. EcA señala directamente a las embarcaciones privadas que acaban fondeando o pasante por la Costa Brava, a las cuales acusan de erosionar el entorno natural, malograr la biodiversidad marina y generar situaciones de riesgo para el poco control que se ejerce sobre sus actividades.

Las barcas, los yates y las motos de agua se convierten en un peligro para los bañistas y por el entorno natural, puesto que invaden la zona reservada a los bañistas y sobrepasan la franja que marca la ley de costas -las playas balizadas por boyas están reservadas a las bañistas y la entrada y fondeo de cualquier tipo de embarcación está prohibido y no se permite navegar a una velocidad de más de 3 nudos dentro de la franja litoral de los 200 metros de una playa o cala no balizada, o de 50 metros al resto de la costa-.

Varias barcas de recreo fondeadas a la cala de la Madriguera de Palafrugell | Cedida por SOS Costa Brava (ACN)

Según señalan los ecologistas, el aumento del turismo y su masificación -debe en gran parte a la creciente popularidad del alquiler de embarcaciones y de los jets ski-. La presencia de estos vehículos implica ruido y contaminación, además del fondeo en praderías de posidonia. La contaminación se debe a las pinturas antiincrustantes al casco que son altamente tóxicas y nocivas para el medio ambiente y la salud de las personas. A todo esto se le tiene que sumar el derrame de combustible, aceite, aguas grises y negras y el vertido de basura. Esto supone que estas actividades humanas pongan en peligro los ecosistemas acuáticos. A los prados de posidonia encontramos una gran biodiversidad y se genera biomasa que evita la erosión costera.

Ecologistas en Acción otorga la bandera negra por mala gestión a La Farella, en Llançà, donde el Ayuntamiento ha aprobado un Plan de Mejora Urbana para construir 62 viviendas. Desde EcA denuncian que el Ayuntamiento no escucha las voces que piden no seguir la línea de un «modelo urbanístico especulativo y depredador». La entidad ecologista pide en el ayuntamiento, que «cuenta con la oposición de las organizaciones ambientales del territorio», no siga con los planes previstos y salve «el último pinar al lado del mar de Llançà, de un valor natural y paisajístico incalculable».

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