Un nuevo estudio del Climate Damage Tracker, realizado con el Modelo de Tormenta Imperial College (IRIS) señala que el impacto del cambio climático hizo que los tifones Kalmaegi y Fung-wong fueran mucho más potentes y casi duplicaran (un 42%) los daños económicos provocados por su paso sobre Filipinas y Vietnam.
A través del Modelo de Tormenta Imperial College (IRIS) del Imperial College de Londres los investigadores pudieron destacar que estos dos tifones generaron lluvias especialmente intensas que desencadenaron graves inundaciones y deslizamientos de tierra además de los fuertes vientos habituales de estos fenómenos. En el estudio sobre el impacto del tifón Fung-wong en Filipinas pudieron identificar que el cambio climático hizo que la lluvia fuera un 10,5% más intensa y la velocidad del viento incrementara un 5%. En cuanto al Kalmaegi, los investigadores destacan que la lluvia fue un 8,6% más intensa mientras que la velocidad del viento se incrementó un 3%. El profesor Ralf Toumi, director del Instituto Grantham – Cambio Climático y Medio Ambiente, del Imperial College London, señala que «nuestro análisis muestra que tormentas como el tifón Kalmaegi y el supertifón Fung-wong son cada vez más frecuentes, peligrosos y costosos debido al uso continuo de combustibles fósiles».
Una diferencia sustancial
Los investigadores del Imperial College de Londres estimaron el valor de los activos en diferentes situaciones. De hecho, los científicos compararon la intensidad de estas tormentas bajo escenarios en los cuales el calentamiento era diferente (un escenario sin calentamiento, el actual con un calentamiento de 1,3ºC y uno futuro con un calentamiento de 2 °C).
La comparación entre un escenario sin calentamiento global y con un calentamiento de 1,3 grados (el actual) la velocidad del viento se incrementa un 5% y los daños económicos aumentan un 42%. En el caso de un calentamiento global de 2 grados, las cifras aumentarían y la velocidad del viento se incrementaría un 7% y los daños económicos se elevarían un 63% más.

Los investigadores encontraron que el cambio climático aumentaba la probabilidad de ambos tifones. En el clima actual, con un calentamiento de 1,3 °C, la posibilidad de que se produzca un tifón tipo Fung-wong se ha elevado un 17% más, mientras que un tifón de tipo Kalmaegi un 33% más.
Emily Theokritoff, miembro del Instituto Grantham – Cambio Climático y Medio Ambiente, del Imperial College London, destaca que «nuestros estudios solo captan una visión parcial de los costos humanos y económicos de gran alcance debido a los tifones Kalmaegi y Fung-wong».
