La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que ha asolado el País Valencià podría dejar de ser un fenómeno aislado. Investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) alertan que el calentamiento del mar Mediterráneo, sumado a otros factores, estaría favoreciendo la aparición de más danas. De hecho, algunos estudios apuntan que las precipitaciones extremas asociadas a este fenómeno podrían aumentar hasta un 61% en el noreste de España y hasta un 88% en el litoral Mediterráneo en los próximos años si el mar continúa con temperaturas muy altas hasta los meses de noviembre y diciembre.
Así lo han señalado diferentes científicos que han participado este jueves en una conferencia impulsada por el Science Media Centre España y recogida por la ACN. El investigador del CSIC Juan Ballesteros ha reconocido que es «complejo» atribuir directamente al cambio climático la excepcionalidad de los últimos fenómenos, pero que sí hay evidencias físicas que apuntan en esta línea, como es el caso del calentamiento de la temperatura del mar, que ayuda a aumentar la humedad en la atmósfera.
En este sentido, sobre por qué se han producido dos danas tan seguidas en el Mediterráneo, Ballesteros asegura que por cada grado de aumento de temperatura del mar hay un 7% más de probabilidades de humedad en el ambiente, un escenario crucial para la formación de este fenómeno. «Si tenemos el mar Mediterráneo hasta noviembre o diciembre cálido, sí que se pueden dar los ingredientes que puedan hacer que las danas ocurran de manera más frecuente», ha aseverado, indicando que el hecho de que haya una dana tan importante o intensa como la de València no impide que pueda haber otra enseguida si se vuelven a dar las condiciones idóneas.
Medidas medioambientales por un «problema de seguridad nacional»
En la misma línea que Ballesteros, el científico titular en el Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del CSIC Emilio Santiago considera que hechos como los ocurridos en el País Valencià hacen que cada vez sea más necesario entender el cambio climático «como un problema de seguridad nacional», impulsando medidas para reducir emisiones, pero también para adaptarse a la nueva realidad donde se pueden producir con más probabilidad eventos como las danas.
En cuanto a las medidas que se deberían tomar, tanto Santiago como Ballesteros defienden que eliminar las edificaciones en zonas inundables es bastante complicado y a la vez muy costoso. Así pues, proponen alternativas como la mejora de las cuencas, dar más espacio a los ríos para que puedan desbordarse sin provocar afectaciones graves y cuestiones sociales como desarrollar una cultura de la emergencia y tener instituciones fuertes y preparadas para estas situaciones.
