Un equipo de investigadores ha descubierto por qué las jirafas macho tienen la costumbre de probar la orina de las hembras. Según explican dos investigadores en un artículo publicado en la revista ‘Animales’, esto los permite conocer su nivel de feromonas y, a partir de aquí, si ya están preparadas para aparejarse. Todo ello gracias a un rasgo distintivo de su anatomía que ha sido descrito en este trabajo por primera vez.
Una manera diferente de detectar las feromonas
Los científicos han descubierto que el órgano que detecta las feromonas en las jirafas tiene una conexión más grande con su boca que no con la nariz, como pasa en la mayoría de mamíferos, y que es por eso que los machos buscan con qué hembras aparejarse aspirando el rayo que expulsan cuando orinan. Si bien otros animales como las gacelas lamen la orina fresca del suelo, los jefes pesados y los cuellos largos de las jirafas hacen que un comportamiento como este las deje en una posición inestable y vulnerable. Es por eso, pues, que han evolucionado con un sistema diferente.
Una conexión más fuerte con la boca que con la nariz
Según las observaciones hechas en Namibia en 1994, 2002 y 2004, las jirafas macho golpean ligeramente las hembras por pedirles que orinen. Si estas están de acuerdo, lo hacen durante unos cuántos segundos mientras los machos bajan un poco el jefe para poder hacer un pequeño trago. Al hacerlo, el olor entra a dos aperturas que tienen al paladar y de allá, viaja hasta el organ vomeronasal, que es el encargado de detectar las feromonas.
Esta conexión por un conducto entre la boca y la órgano, en la mayoría de los otros mamíferos, es más importante con la nariz. Es posible que esta diferencia se deba a que, en animales que se aparejen en momentos concretos del año, también los permita detectar plantas estacionales. En el caso de las jirafas, pero, que se pueden aparejar en cualquier momento, esta conexión no es tan importando.
