El aumento de las temperaturas en los bosques tropicales de América del Sur y el sudeste asiático está llegando a unos niveles que pueden dificultar que los árboles hagan la fotosíntesis. Esta conclusión, que podría suponer un peligro importantísimo para los bosques no solo de allá sino de todo el planeta, es la más importante a que ha llegado un equipo internacional de investigadores en un artículo publicado en la revista ‘Nature’ y dónde advierten de un problema que, seguramente, solo ha hecho que empezar.
Mesurando la temperatura de los cobricels arbóreos
En este trabajo, los investigadores usaron datos obtenidos gracias a las observaciones de la Estación Espacial Internacional y también de observaciones sobre el terreno para encontrar las temperaturas más elevadas registradas a los cobricels de los árboles. A pesar de que la media de los registros fue de 34 °C, algunas superaban los 40 °C.
La temperatura máxima antes de que la fotosíntesis falle
Según parece, la capacidad de las hojas de producir energía a través de la fotosíntesis, usando dióxido de carbono, agua y luz solar, empieza a fallar cuando las temperaturas llegan aproximadamente a los 46,7 °C, y los datos de este trabajo apuntan que, a día de hoy, un 0,01% superan este umbral, cosa que podría amenazar la supervivencia no solo de las hojas sino, también, de los árboles. Este porcentaje es pequeño, está claro, pero si tenemos en cuenta que el mundo tiene que continuar calentándose como mínimo durante las próximas décadas, la cifra no hará otra cosa que subir.
Consecuencias que podrían ser catastróficas
Las consecuencias de esto pueden ser muchas y muy diversas. De entrada, los bosques tropicales, los más afectados por este problema, cubren un 12% de la superficie del planeta y son el hábitat de un número enorme de especies, siente uno de los puntos con más biodiversidad del mundo. Además, está claro, también son muy importantes en la hora, precisamente, de absorber y almacenar dióxido de carbono, una función esencial para regular el clima. Así pues, los efectos que puede tener el calentamiento global pueden ser enormes y, además, retroalimentarse.
Una amenaza poco probable pero siempre presente
El dato relativamente positivo es que, según los autores de este estudio, los bosques tropicales todavía podrían aguantar un aumento de las temperaturas de 4 °C más antes de empezar a morir masivamente. Una cifra a la que no se espera llegar puesto que, según los cálculos actuales y teniendo en cuenta las medidas que se están tomando para dejar de emitir CO₂, el calentamiento global podría llegar ‘solo’ a 2,7 °C respeto los niveles preindustriales. Algunos de los escenarios más pesimistas, pero, sí que contemplan esta posibilidad, que nos llevaría a un futuro encara mucho peor, y que llegaría mucho más rápidamente, del que habíamos pensado hasta ahora.
