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Averiguan por qué los animales que hibernan no forman coágulos

Los osos y otros mamíferos que hibernan tienen un secreto porque, a pesar de pasar tanto de tiempos inmóviles, no se les formen coágulos que pongan en peligro su vida. Según explica un equipo de investigadores en un estudio publicado en la revista ‘Science’, cuando estos animales duermen durante meses se los reducen los niveles de una proteína clave para la coagulación, haciendo que eviten este riesgo.

Al fin y al cabo, pensando en los humanos, un vuelo demasiado largo en un asiento estrecho y sin moverse es suficiente para que haya peligro que se formen coágulos. Los osos y otros animales, en cambio, cuando duermen tienen menos concentración de la proteína HSP47 a las plaquetas, cosa que dificulta que se enganchen entre ellas y formen coágulos. Una adaptación necesaria para su supervivencia desde que empezaron a hibernar pero que, en realidad, no debía de aparecer por eso, puesto que no es exclusiva de los animales que duermen en invierno.

Anticuerpos al torrente sanguíneo | Pixabay
Una menor cantidad de la proteína HSP47 protege los animales que hibernan de sufrir coágulos | Pixabay

Una proteína que ayuda las plaquetas a engancharse

La proteína HSP47 no solo es presente a las plaquetas sino también a los huesos y el cartílago. Normalmente es beneficiosa porque ayuda a las plaquetas a unirse entre ellas, por ejemplo cuando responden a una herida. Si se forman coágulos al torrente sanguíneo, en cambio, pueden ser muy peligrosos, y la inmovilidad normalmente facilita que las plaquetas se vayan acumulando. Gracias a este descubrimiento, los investigadores tienen una explicación de que pasa exactamente y, a partir de ahora, podrán intentar reproducir esto con fármacos en humanos, por tal, por ejemplo, de prevenir problemas tan peligrosos como la trombosis venosa profunda.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron la sangre de 13 osos en muestras obtenidas en invierno y en verano, observando que las plaquetas de la sangre extraída durante la hibernación tenían mucha menos tendencia a formar coágulos que las de la sangre extraída en verano. Así es como se va accabar descubriendo que, en los osos que hibernan, los niveles de HSP47 a las plaquetas son 50 veces menores que en los animales activos.

Las lesiones medulares son entre las más irreversibles y con secuelas más graves que hay actualmente | Pxhere
Las personas que pasan mucho de tiempos inmóviles también experimentan una reducción de los niveles de esta proteína | Pxhere

Un mecanismo también presente en los humanos

Para probar que esta proteína era realmente la que marcaba la diferencia, se hicieron experimentos con ratones en el laboratorio que lo confirmaron. No solo esto, sino que los análisis de la sangre de cerdas que hacía poco que habían dado a luz -y por tanto se tenían que estar quietas unos 28 días– también mostraban niveles más bajos de HSP47.

De hecho, esta reducción incluso se ha encontrado en personas que están inmovilizadas permanentemente a causa de lesiones en la médula espinal y, como se ha comprobado en un estudio paralelo, también puede pasar en personas sanas que pasen mucho de tiempos descansando a la cama. Al jefe de 27 días de inmovilidad, los niveles de HSP47 empiezan a bajar.

Comprender todo esto puede ser muy útil, puesto que conocer como regulamos esta proteína los humanos puede ayudar a encontrar el equilibrio adecuado en los medicamentos del futuro, de forma que eviten la formación de coágulos sin que, en caso de lesión, las personas que toman pierdan demasiada sangre antes no se pare la hemorragia.

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