El último informe «Estado europeo del clima» elaborado por el Programa Copernicus (C3S) de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Comisión Europea (CE) indica que el año 2024 fue el año más cálido jamás registrado en Europa. Unos registros que no solo indican las altas temperaturas en Europa, sino que también han ido acompañados de diversos fenómenos meteorológicos extremos como la DANA que azotó la Comunidad Valenciana.
De hecho, el informe de Copernicus indica que, además de ser el año más cálido jamás registrado en Europa, el 85% del Viejo Continente registró temperaturas muy superiores a la media climática, y en este aspecto destaca Europa del Este y el sur de la península Ibérica, donde las temperaturas fueron entre 2 y 3 grados superiores a la media. La anomalía climática tuvo varios factores como son las noches tropicales —aquellas noches con temperaturas mínimas por encima de los 20 grados—, ya que en países como Grecia o Italia y el sureste de Europa se registraron hasta 55 noches tropicales más que la media. Otro de los aspectos que destaca Copernicus son las olas de calor —con temperaturas que sobrepasaron los 46 grados— en zonas del sur y este de la península Ibérica, Azerbaiyán y Turquía.
Un año que evidencia el ‘descontrol’ de los fenómenos extremos
El informe concluye que el calentamiento global y su tendencia creciente no es sino una consecuencia del cambio climático y además se destaca la intensidad y una mayor frecuencia de los fenómenos climáticos extremos como las inundaciones, las olas de calor y los incendios forestales, fenómenos que no solo afectan al clima y al medio ambiente sino que conllevan consecuencias materiales y físicas, cada vez más graves, para los humanos. Esta situación hace que desde el Programa Copernicus insten a la Unión Europea a adaptar las infraestructuras, revisar los protocolos de protección civil y avanzar en la mitigación del cambio climático si se quieren evitar escenarios futuros aún más dramáticos.

Incendios e inundaciones, el cambio climático recorre Europa
Los fenómenos climáticos extremos se han ido repitiendo durante el 2024 a lo largo de Europa. El cambio climático recorre Europa y hay varios ejemplos, además de la desastrosa DANA, como pueden ser la tormenta Henk, que azotó y causó graves inundaciones en Inglaterra, Gales y el norte de Francia. Las grandes tormentas también se hicieron notar en el norte de España con lluvias persistentes y Francia, Alemania, Bélgica y los Países Bajos sufrieron episodios de lluvias torrenciales e inundaciones durante el mes de mayo, mientras que en junio el sur de Alemania y Suiza se vieron afectados por crecidas de ríos y desprendimientos. Europa central y oriental tampoco se salvó de estos fenómenos, ya que la tormenta Boris afectó hasta a ocho países de la zona y causó las peores inundaciones en Bosnia y Herzegovina desde 2014.
Florence Rabier, directora general del Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas señala que casi un tercio de la red fluvial europea superó el umbral de inundación extrema en 2024, y el estrés térmico sigue aumentando en toda Europa, motivo por el cual pone énfasis en “la importancia de reforzar la resiliencia ante el cambio climático.”

En cuanto a los incendios, Portugal y España, debido a la sequía y los fuertes vientos, se creó una situación especialmente favorable para la propagación de incendios. Por suerte, el número de incendios no fue excepcional, un hecho que también se produjo en el resto de Europa. Aunque la cifra no fuera excepcional, Copernicus alerta que las condiciones climáticas eran extremadamente favorables.


