La colaboración entre científicos de las universidades de York y Aston, en Inglaterra, ha permitido observar como los ojos de los humanos pueden ‘engañar’ el cerebro y hacer que nuestra percepción sobre la medida de los objetos que nos rodean no sea correcta. Este descubrimiento, explicado en un artículo en la revista ‘PLOS ONE’, podría ser importante en varios aspectos no solo de nuestra vida diaria sino también, por ejemplo, en el tratamiento que se da a los testigos oculares al sistema judicial.
Un experimento con trenes reales y modelos a escala
En un experimento, los científicos mostraron a los participantes fotografíes de escenas que pasaban alrededor de vías de tren que tenían la parte superior y la inferior borrosas. Además, también se los mostraron fotografías parecidas, pero de modelos a escala y que no tenían ninguna zona borrosa. Al preguntarlos qué creían que eran las imágenes a escala real, resultó que los trenes reales borrosos eran percibidos como más pequeños que los modelos.
Esto puede tener una explicación. Para determinar la medida real de los objetos que tenemos alrededor, nuestro sistema visual tiene que calcular qué es la distancia que nos separa. Está claro, pero, que hay una manera de confundir estos cálculos usando el efecto diorama, que puede hacer que objetos de medida real parezcan reproducciones a escala.
Un sistema muy flexible pero que puede fallar
En este caso, el estudio demuestra que el sistema visual humano es muy flexible, capaz de percepciones muy precisas de la medida de objetos lejanos y, a la vez, susceptible a ser engañado o a cometer errores a causa de varios factores. Los experimentos, de hecho, aportan mucha información sobre el que podrían denominar mecanismos computacionales del seso en la hora de procesar y emitir juicios sobre los datos enviados por los ojos y, por lo tanto, sobre cómo comprendemos el mundo que nos rodea.
