Una infección por hongos potencialmente mortal y que resulta difícil de tratar se está propagando rápidamente en los Estados Unidos, en una situación que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) del país consideran «alarmando», en declaraciones recogidas por la cadena norteamericana NBC. Si bien lo ‘Candida áureos’ no supone un riesgo para las personas sanas, tanto para aquellas que están immunocompromeses como las que están en el hospital y usan aparatos como por ejemplo respiraderos o catéteres puede ser un peligro muy grande.
De 750 casos a 2.400 en dos años
Solo en 2021, en los Estados Unidos el número de casos detectados de infección por este hongo se duplicaron, pasando de unas 750 a casi 1.500, y en 2022 hubo cerca de 2.400. Además, la mayoría de los diagnósticos fueron por troncos del hongo que son resistentes al tratamientos más habituales. Es por eso que los CDC consideran el ‘Candida áureos’ una «amenaza» entre los organismos que están desarrollando resistencia a los tratamientos.
El hecho, además, es que este tipo de infecciones son relativamente nuevos. Después de los primeros casos, a mediados de la década pasada, los casos se han ido multiplicando entre los pacientes vulnerables de todo el mundo. Los síntomas más habituales son, al principio, fiebre y escalofríos que no mejoran después del tratamiento por el que, al principio, se puede confundir muy fácilmente con una infección bacteriana. De hecho, hace falta una prueba en el laboratorio para confirmar definitivamente que los síntomas son causados por el ‘Candida áureos’.
La resistencia a los antifúngicos crece
Por si todo ello no fuera suficiente, pero, ahora están aumentando los casos de infecciones por troncos de la bacteria que son resistentes a los equinocandins, el fármaco antifúngico más recomendado para estos casos. Es por eso que el 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso este hongo a la lista de patógenos prioritarios en cuanto a la investigación de nuevas maneras de combatirlo.
En cualquier caso, pero, y en un momento en que las infecciones de este hongo son un problema no solo en los Estados Unidos sino en todo el mundo (Italia sufrió un brote importante entre 2019 y 2021) hace falta no solo continuar haciendo investigación para pararlo sino también mejorar las herramientas y los protocolos disponibles para el diagnóstico, el aislamiento y el tratamiento de los casos, para conseguir contener esta infección en lo posible.
