Un equipo de investigadores liderados por la Escuela Federal Politècnica de Lausana (EPFL), en Suiza, ha conseguido que un hombre volviera a andar después de 12 años gracias a unos implantes cerebrales. Tal como explican en un artículo publicado en ‘Nature’, el paciente, un hombre holandés de 40 años que sufrió un accidente mientras iba con bicicleta, ahora solo tiene que pensar al moverse porque las piernas lo vuelvan a obedecer, en un gran adelanto que se une al que, el febrero del año pasado, ya consiguieron en la misma EPFL.
Implantes en el cerebro y a la médula
Los implantes que le han colocado en el cerebro y también a la médula espinal permiten que el primero envíe señales inalàmbriques a la segunda, haciendo que vuelva a reaccionar más allá del punto donde fue seccionada por el accidente. Así, el paciente no solo puede volver a ponerse derecho y a andar sino, incluso a subir escalas, una vez superada el periodo de aprendizaje y adaptación.
La operación para instalar los electrodos se llevó a cabo el julio de 2021 y consistió a hacer dos agujeros de 5 centímetros de diámetro al cráneo del paciente, justo encima de las regiones del cerebro que controlan el movimiento. Allá se le colocaron los dos electrodos, que captan las señales cerbrales y las transmiten a dos sensores en un tipo de ‘casco’ que el paciente tiene que llevar para poder andar.
Un gran éxito que anima a continuar el desenvolupamet
Gracias a un algoritmo desarrollado por el mismo equipo, estas señales son convertidas en instrucciones precisas para mover los músculos de las piernas y los pies gracias a un segundo implante colocado a la médula espinal, concretamente a las terminaciones nerviosas que controlan la movilidad de las piernas. Con todo esto, y después de unas semanas de entrenamiento, el hombre, por primera vez en 12 años, consiguió ponerse derecho y empezar a andar, con un movimiento lento pero suave y usando un sistema que supone una pasa adelante respeto los que se habían desarrollado hasta ahora.
A pesar de que todavía está en una fase muy experimental y todavía podrían pasar años antes no se convierta en una opción real para las personas que han visto reducida su movilidad por lesiones medulares, los investigadores quieren dejar atrás esta primera etapa lo más bien posible y empezar a hacer ensayos clínicos más amplios, para poder probar su sistema en pacientes diversos con lesiones diferentes. Después, también se mirará de miniaturizar la tecnología y, en general, de hacerla apta para ser utilizada por el máximo de personas posibles.