La edad biológica de los humanos aumenta rápidamente en respuesta a varias formas de estrés y, cuando nos recuperamos, el proceso se revierte. Este es el descubrimiento sorprendente que ha hecho un equipo de la Universidad Duke (Estados Unidos), que ha presentado los resultados de su último estudio a ‘Cell Metabolism’. Según parece, este proceso tiene lugar de manera habitual y en periodos de tiempos relativamente cortos, de entre días y meses, segundos se ha observado en varios ‘relojes biológicos’ epigenéticos.
Estos resultados, está claro, desafían la idea de la edad biológica como una trayectoria unidireccional hacia delante y proponen que, en vez de esto, es fluida, fluctuante y maleable. De hecho, algunos estudios ya habían apuntado a la posibilidad de cambios a corto plazo en la edad biológica, pero si eran o no reversibles, hasta ahora, no se había explorado a fondo ni tampoco se sabía qué factores provocaban estos cambios.
Edad biológica y edad cronológica
La edad biológica de los organismos, en general, aumenta con el paso del tiempo, pero ahora parece claro que no está intrínsecamente ligada en la edad cronológica puesto que una persona puede tener una edad biológica superior o inferior a la cronológica por varias razones, entre los cuales hay las enfermedades, los tratamientos médicos, el estilo de vida, la exposición a contaminantes ambientales…
Hasta ahora, pero, no se sabía hasta qué punto la edad biológica sufre cambios reversibles y por qué. Es por eso que los investigadores usaron los conocidos como relojes de metilación del ADN, basados en la idea que esta modificación epigenética cambia de manera previsible a medida que pasan los años. Así, se mesuraron estos cambios de la edad biológica en humanos y ratones en respuesta al estrés, observando que puede aumentar en periodos de tiempos relativamente cortos pero que estos cambios son temporales y tienden a volver al estadio basal una vez desaparecido este condicionante.
Algunos de los factores que pueden producir cambios temporales en la edad biológica son grandes cirugías, el embarazo o sufrir un caso grave de Covid-19. En este último caso, de hecho, incluso se descubrió que un fármaco inmunosupresor, el tocilizumab, aceleraba la recuperación de la edad biológica inicial en pacientes que se estavenn recuperando.
Un factor importante en la calidad y la esperanza de vida
Todo ello, está claro, tiene una consecuencia clara: la constatación que el estrés severo aumenta el riesgo de muerto, cuando menos parcialmente, porque hace aumentar la edad biológica. Esto, por otro lado, también quiere decir que la mortalidad se puede reducir bajando la edad biológica y que la capacidad de recuperarse del estrés puede ser un condicionante importante para tener un envejecimiento en buenas condiciones y una esperanza de vida alta. Además, el envejecimiento biológico también se podría usar para evaluar de manera empírica y objetiva el nivel de estrés que sufre una persona.
Así pues, este estudio presenta una nueva dimensión de la dinámica del envejecimiento que no se había tenido en cuenta hasta ahora y que lo tendría que ser en el futuro. Por ejemplo, la investigación futura podría orientarse a ver como estos cambios en la edad biológica y su recuperación afectan la velocidad del envejecimiento a lo largo de toda la vida.
