Una nueva vacuna universal contra la gripe, basada en el ARN mensajero, ha entrado en la fase 1 de ensayos clínicos. Lo han anunciado los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, que esperan ofrecer una protección de larga duración contra una gran variedad de virus de la gripe. Cómo es muy sabido, a día de hoy las vacunas contra estos virus tienen que ser rehechas cada año para adaptarse a los troncos predominantes de cada temporada y abriendo la puerta a que, entre la elaboración y la distribución, puedan haber cambiado.
Una gran ayuda y una manera de prevenir futuras pandemias
Así pues, una vacuna universal contra la gripe seria un gran adelanto para la salud pública de todo el mundo, eliminando tanto la necesidad de hacer vacunas nuevas cada año como la de grandes campañas anuales de inoculación. Además, también hay que tener en cuenta que la gripe es un virus que tiene un gran potencial pandémico, de forma que disponer de una inmunización como esta podría evitar una catástrofe en el futuro.
Hasta ahora, pero, los esfuerzos en este sentido no habían tenido éxito. Las vacunas contra la gripe normalmente generan respuestas inmunológicas a partir de partes de las proteínas del exterior del virus que mutan rápidamente. Para conseguir una vacuna universal y duradera, pues, hacía falta que el objetivo fuera otro. En este caso, se ha hecho a partir de una parte de la proteína que no evoluciona tan rápidamente y que se espera que activen las defensas del cuerpo en muchos troncos diferentes, puesto que la comparten. Si así fuera, la inmunidad seria de larga duración.
Un ensayo prometedor
El diseño de la vacuna, pues, incluye un fragmento de código genético en forma de ARN mensajero que dará a las células humanas las instrucciones para producir este fragmento de proteína, permitiendo que el sistema inmunológico aprenda a detectarlo y a reaccionar en consecuencia. De hecho, ya hay datos anteriores que apuntan a la efectividad de este tipo de vacunas y, en un ensayo anterior, ya se consiguieron resultados muy positivos.
De momento, los ensayos empezarán en un grupo pequeño de solo 50 personas. Se dividirán en tres subgrupos que ebran dosis diferentes para encontrar la mejor manera de administrar la vacuna y, una vez se haya establecido, se vacunarán 10 personas más, la respuesta de las cuales será comparada con la de un grupo de control que recibirá la vacuna habitual contra la gripe estacional.
