Un equipo combinado de filósofos y psicólogos ha conseguido demostrar que el silencio se puede ‘escuchar’ y que tiene efectos en el cerebro de las personas. En un artículo publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Science’, explican cómo han usado ilusiones auditivas para observar como puede distorsionar la percepción que tenemos del tiempo.
Un debate muy antiguo
El debate filosófico sobre si el silencio puede ser percibido literalmente ha durado muchísimo tiempo pero hasta ahora, no había habido ninguna investigación científica seria sobre la materia. En este caso, los investigadores se preguntaron si el cerebro procesa los silencios como lo hace con el sonidos, si puedes conseguir los mismos efectos con unos que con los otros. Si la respuesta es afirmativa, como parece que es, es un indicio claro que podamos literalmente oir el silencio.

Cambiando los sonidos por silencios
A pesar de que normalmente pensamos en nuestro oído como un asunto de sonidos, el cierto es que el silencio es el contrario, su ausencia, y según este estudio la ‘nada’ también se puede ‘oir’. En este estudio, el equipo adaptó ilusiones auditivas suficientes conocidas e hizo versiones donde los sonidos originales fueron sustituidas por instantes de silencio. Si las ilusiones ópticas hacen que nos parezca que vemos cosas que no están, las auditivas pueden hacer que el tiempo se perciba como más lento o más rápido. Un ejemplo clásico es que un silbato largo parece más largo que dos de cortos seguidos que duran exactamente el mismo.
Un nuevo campo para explorar
Los resultados del estudio, llevado a cabo con 1.000 participantes, muestran que cambiando los sonidos por silencios el efecto es exactamente el mismo. Parece, según los investigadores, que hay como mínimo una cosa que podemos oir y que no es el sonido, que es el silencio que se produce cuando los sonidos desaparecen.
Este tipo de ilusiones y efectos son tan inherentes al proceso auditivo que, si los conseguimos con silencios, es que son procesados del mismo modo. Gracias a este estudio, se podría abrir toda una nueva manera de investigar la percepción de la ausencia. Es por eso que el equipo quiere conitnuar explorando hasta qué punto ‘sentimos’ el silencio, incluyendo aquella que no es precedido por el sonido, y también otros ausencias como por ejemplo las visuales.