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Crean unos electrodos que crecen solos en el interior del cuerpo

Un equipo de investigadores ha creado unos electrodos que crecen solos en el interior del cuerpo. En un artículo publicado en la revista ‘Science’, los responsables de este adelanto exponen los resultados de los suyos experimentos en peces, en el que podría ser, en el futuro, toda una revolución en la implantación de prótesis electrónicas que mejoren la movilidad y/o la comunicación de personas con varios tipos de lesiones neurológicas.

Un material que se forma aprovechando compuestos químicos del cuerpo

Los científicos han diseñado una sustancia que, introducida como gel inyectable, usa la química del propio cuerpo para convertirse en un polímero conductor, abriendo la puerta a crear aparatos electrónicos que se puedan implantar en tejidos delicados, como por ejemplo el seso, sin riesgo de causar days. Al mezclarse con compuestos químicos generados por el organismo del receptor, se produce una reacción en cadena que hace del gel un material sólido pero a la vez flexible.

Los electrodos, en moratón, en el interior de la cola de un pez cebra | Universidad de Linköping
Los electrodos, en moratón, en el interior de la cola de un pez cebra | Universidad de Linköping

Una posible solución al futuro de los implantes electrónicos

Este tipo de aparatos o circuitos electrónicos implantados pueden tener muchísimas aplicaciones tanto en medicina como en investigación. Así, por ejemplo, pueden servir para ayudar el seso a comunicarse mejor con prótesis o incluso mejorar la memoria o curar la depresión. Hasta ahora, pero, los aparatos desarrollados pueden causar inflamación o cicatrices y, además, a menudo se van malogrando en el interior del cuerpo.

Los electrodos blandos y flexibles, pues, son una buena opción, pero introducirlos en el cuerpo de manera no invasiva es muy difícil. Este material podría cambiar todo esto, puesto que no solo conduce la electricidad sino que no es tóxico, es establo a largo plazo y, en su forma original, puede ser inyectado fácilmente.

Un largo camino para recorrer

De momento este compuesto, que reacciona con la glucosa y el lactato para formar el polímero, ha sido probado a las aletas y el seso de peces cebra y también al tejido nervioso de sanguijuelas y los músculos de pollos, cerdos y vacas. A pesar de que todavía habrá que superar algunas barreras antes de poder hacer macetas en humanos, y que todavía no se sabe cómo hacerlo funcional conectándolo con una fuente de electricidad externa, este adelanto podría ser el principio de un gran cambio en la implantación de dispositivos electrónicos en el cuerpo que ayuden millones de personas en todo el mundo.

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