La crisis medioambiental causada por la pérdida de carga del barco ‘Toconao’, con bandera de Liberia, que ha provocado la aparición de miles de pélets en las costas gallegas está siendo una cuestión agónica por unas costas de Galicia que ya sufrieron un desastre climático con el vertido de crudo por parte del petrolero ‘Prestige’ en 2002. 22 años después, Galicia vuelve a sufrir los efectos de la especie humana, pero esta vez en forma de pequeñas bolas de plástico que están tiñendo la costa de blanco. Un desastre del cual Cristóbal López, de Ecologistas en Acción en Galicia, destaca que todavía no se conoce el alcance: «desconocemos la magnitud del desastre, se pueden haber abocado 100-150 sacos. Los ecologistas que colaboramos obtenemos información, pero no toda, pueden quedar otros centenares«.

Pero que son los pélets y cuál es su peligro

Los pélets son un microplástico en forma de pequeñas bolas y es un producto que sirve de producto origen por otros plásticos como pueden ser las bandejas. Estíbaliz López Samaniego, de la Asociación Española de la Basura Marina ha querido poner énfasis que «lo que estamos viendo es un producto de polietileno con aditivos de protegerlos de la degradación del sol, de un tamaño de entre 2,5 y 5 mm y no tiene colorantes, y esto es muy bueno, puesto que son los factores contaminantes».

Operarios de la Xunta de Galicia limpiando la presencia de pelets a la costa gallega | Xunta de Galicia
Operarios de la Xunta de Galicia limpiando la presencia de pelets a la costa gallega | Xunta de Galicia

El peligro más grande és hacia la fauna marina. De hecho, tanto Cristóbal López como Estíbaliz López señalan que no hay un peligro directo para los seres humanos, pero sí para la fauna que puebla el ecosistema de las costas gallegas. Cristóbal López apunta que «estos plásticos, por su forma y color, los peces, pájaros y moluscos los confunden con otros peces o huevas de pez y lo comen de manera natural, lo digieren y se los queda atrapado al estómago. Esto comporta que si este pez es comido por otro, acaba en la cadena atrófica, además, si se acumulan muchas piezas al estómago lo ocupan y hace que tenga sensación que está lleno y pueda morir de inanición«. Una observación que comparte Estíbaliz López, quien dice que «esto no tiene que ser aquí, es un producto humano» y apunta que «al animal le hace un efecto saciando, y lo puede afectar».

Cristóbal López, de Ecologistas en Acción, apunta que «no es nuevo, no te morirás, pero comer pez con plástico no es bueno, estás introduciendo microplásticos en el organismo», López, eso sí, avisa que no hay estudios suficientes sobre la afectación sobre los seres humanos, pero asegura que «en todas partes comemos, bebemos e inhalamos«.

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