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La erupción de un volcán submarino equivalió a cinco bombas atómicas

Los días 14 y 15 de enero de 2022 quedarán recordados por siempre jamás al archipiélago de Tonga del Océano Pacífico. El volcán submarino Hunga Tonga erupcionó provocando una de las erupciones volcánicas más grandes de la historia. Casi dos años más tarde, los investigadores de la Universidad Nacional de Australia (ANU) señalan que una explosión fue la causante de la erupción volcánica. «Nuestros hallazgos confirman que hubo una explosión, posiblemente a causa de una roca comprimida por gas, que liberó energía que equivale a cinco de las mayores explosiones nucleares subterráneas realizadas por Corea del Norte el 2017″, señala Jinyin Hu, coautor del estudio y estudiante de doctorado del ANU.

Los investigadores explican que durante el análisis de los registros sísmicos ruidosos pudieron descifrar los motivos de la explosión y la posterior erupción. Hu señala que la explosión se habría producido por culpa «de la roca comprimida con gas atrapada bajo un mar poco profundo, como una olla a presión demasiada cocida».

La explosión no solo dio a la erupción, sino que, según el doctor Than-Son Pham, coautor del estudio, generó tsunamis de hasta 45 metros. «El volumen de agua que se elevó durante el acontecimiento fue enorme. Según nuestras estimaciones, había bastante agua para llenar alrededor de un millón de piscinas de medida olímpica estándar», añade Pham.

El volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai entró en erupción entre finales de 2021 y principios de 2022, emitiendo cantidades enormes de vapor de agua a la atmósfera
El volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai entró en erupción entre finales de 2021 y principios de 2022, emitiendo cantidades enormes de vapor de agua a la atmósfera

La erupción de la Hunga Tonga

Según señalan los sismólogos del ANU, la erupción de la Hunga Tonga es uno de los acontecimientos de este tipo más grandes de la historia y destacan que «afortunadamente, teníamos varias maneras de grabar el acontecimiento, desde datos de imágenes de satélite hasta sensores sísmicos que registran las olas sonoras y la estructura». Este tipo de explosiones no son nuevas, puesto que Jinyin Hu pone énfasis en el hecho que «hubo otro acontecimiento que pasó el 1991 que tenía una medida similar a Pinatubo, en las Filipinas, pero entonces, los sistemas de monitorización no eran tan sofisticados como ahora».

Los datos de la investigación podrían ayudar a controlar la liberación de gases y la microsismicidad de los lugares volcánicos puede ayudar a prepararse para futuros acontecimientos parecidos, según los investigadores.

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