Andoni Canela Urizar (Tudela, Navarra, 1969), es un fotógrafo y escritor navarro -establecido desde hace décadas en Cataluña- especializado en fotografía de naturaleza y medio ambiente. Sus obras son diversas, ya sean documentales –El viaje de Unai– fue candidato a los Premios Goya en el año 2017, como libros, entre los cuales podemos encontrar Panteras, Lynx, La llamada del puma, El águila imperial ibérica, Islandia bajo cero, Cerca de casa, El oso cantábrico o Durmiendo con lobos; precisamente los lobos (Canis lupus) son una de las especialidades de Andoni Canela, y es la especie en la que ha centrado su nuevo libro, Territorio lobo, que recoge fotografías y vivencias de su trabajo con este animal a lo largo de los años y las características de estos animales de la familia de los cánidos. Con motivo del lanzamiento de este libro, hablamos con Canela para hablar sobre el lobo, la compleja relación de este animal con los humanos y las controversias sociales y políticas que conlleva y cómo se siente fotografiándolo, algo que requiere largas esperas de días o incluso semanas para lograr avistarlo.
¿Cuántos años llevas dedicándote a la observación de los lobos?
La mayor parte del libro Territorio lobo está hecho en los últimos cinco años, pero hay una parte, quizás un 15% o un 20%, que son fotografías inéditas de otras épocas, algunas tan antiguas que son de principios de los años 90, cuando comencé a hacer las primeras fotos, hace 30 años.
¿Cómo te sientes, después de tantos años, cuando consigues una buena fotografía o capturas al lobo en el momento justo?
El lobo es tan complicado… Es difícil, no tienes garantía de nada con un lobo. A veces tienes que esperar días para poder tener una observación, y dices ‘ah, pues los estoy viendo!’. Siempre he captado las fotos después de muchos días o semanas intentándolo, y es como liberación, como, buf, satisfecho, ¡ha valido la pena!
Este verano los he oído aullar. Cuando los tienes allí en medio de la noche tiene un punto que, aunque pase el tiempo, me sigue emocionando. Una noche allí, oyéndolos, es muy potente. No sé cómo serían los humanos hace 20.000 o 30.000 años, cuando estábamos al lado de los lobos como animales salvajes, pero hoy en día, escucharlos como se comunicaban a decenas de kilómetros… estás en medio de la montaña y tienes a 5 kilómetros a los cachorros y al otro lado tienes un adulto que contesta, y una docena de lobos te rodea y sabes que se están comunicando.
¿Es malo el lobo?
No, el lobo hace su trabajo como todas las especies, y es un depredador, forma parte de la cadena trófica. En su papel de depredador es un carnívoro, y para comer tiene que cazar y encontrar animales muertos como carroña, pero su gran trabajo es cazar. Es un cazador, un depredador y no es ni bueno ni malo.
En el caso de los Pirineos o Cataluña es una especie que durante miles y miles de años había vivido ininterrumpidamente y hace un siglo y algo se intentó exterminar. Lo intentaron matándolos a tiros, pero como son muy inteligentes y difíciles de matar con este método, al final les pusieron veneno y, hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX, se mataron todos los lobos. Entonces dentro de este equilibrio que hay en el ecosistema desaparecieron como depredadores y, en determinadas zonas y en algunas circunstancias, los corzos, los ciervos, los jabalíes no tenían ninguna presión, porque no tenían ningún depredador, solo el cazador humano en las zonas donde cazan. El lobo hace un trabajo importante dentro de un ecosistema natural.

¿Por qué tiene esta mala fama de animal que ataca, que hiere?
Antes de que el ser humano comenzara a ser más «inteligente», antes de empezar a cultivar y comenzar la ganadería, los humanos iban detrás de los lobos, también de los leones y de los depredadores, y éstos cazaban, porque una manada de lobos o un gran felino la capacidad que tiene para cazar es mucho mayor. El hombre iba detrás e intentaba aprovechar la carroña de los animales que habían matado. Después, llegó el momento en que el hombre comenzó a dedicarse a la ganadería. Entonces empezó el conflicto, porque el lobo antes podía cazar cualquier animal que estuviera en la montaña. A partir de ese momento, el hombre tiene sus terneros, sus ovejas o cabras y el lobo las ataca y las mata, ahí es cuando empieza el conflicto. Entonces sí que es cierto que durante miles de años ha habido esta guerra, este conflicto, durante miles de años en todos los continentes. Y ésta es la mala relación con los humanos, porque hay poquísimos casos y en el mundo moderno de Europa prácticamente es imposible que un lobo ataque a un humano… es muy difícil.
El conflicto tampoco afecta otros aspectos de la vida humana, pero sí que hace un siglo, dos o tres, para pueblos pequeños que vivían de los rebaños era un problema. El lobo no mata cuatro o cinco ovejas y solo se come una. No mata más de una porque sí. Es como nosotros cuando vamos al supermercado, que no compramos un solo cartón de leche, compramos para toda la semana o todo el mes. Un lobo no mata para un día. Si tiene la oportunidad de matar tres o cuatro animales, mata para hoy, para mañana, para pasado mañana o para una semana, porque a veces están una semana o dos semanas sin comer, matan para comer. Si mata animales y después no se los come es porque no tiene la oportunidad.
¿Qué hemos hecho los humanos para arrinconar, cazar, sacar de sus hábitats a los lobos? ¿Por qué ha habido una regresión de la población de lobos en todo el mundo?
En el caso de Europa, Pirineos y Cataluña, esto fue muy fuerte hacia mediados del siglo XX, sobre todo. Se llegó a los mínimos, de hecho se extinguió de toda Europa occidental, excepto en la península Ibérica y en Italia. En todo el resto de Europa se extinguieron, porque el mundo moderno dio la posibilidad de hacer algo que se había intentado durante los siglos anteriores, eliminar a todos los depredadores, también al oso. No se consiguió porque estos animales también son inteligentes y se buscan la vida. Pero cuando ya tienes armas de fuego muy potentes y también tienes el uso del veneno, el ser humano, el mismo que deforestó muchísimo y llegó a las costas y construyó allí, hizo esto. Es el desarrollo capitalista en un grado bestial. Ha pasado con el lobo, el oso, las aves rapaces, cualquier animal que hace competencia al hombre se elimina, y ha pasado muchísimo durante el siglo pasado.
Después, con las medidas de protección que hubo hacia finales del siglo pasado, comenzó a haber parques nacionales, un movimiento ecologista, se empezó a proteger, una legislación que dijo que no podéis matar todo lo que queráis. Ahora estamos en este momento, que es más positivo que hace 50 años. Esto en el primer mundo, Europa y los Estados Unidos. En los países que no son tan ricos, de Asia, de África o de Latinoamérica, es mucho más complicado, porque lo primero es alimentar a tus hijos. Y esto ya no es tan fácil, todo lo que he explicado ahora de protección y de recuperación no está pasando en estos otros países y hemos visto algunos parques nacionales o unas especies concretas y el resto del mundo continúa con una tendencia similar a la que teníamos aquí hace 50 años.
Ahora has publicado Territorio lobo, tu último libro. ¿Cómo es tu convivencia cuando te encuentras con los lobos y cómo es perseguirlos para fotografiarlos y documentar su día a día?
En mi caso la relación con el lobo es desde mucha distancia en la gran mayoría de los casos. Creo que hay quizás cuatro fotos con un lobo que me mira a los ojos, que ve que estoy allí y que me mira. Hay dos motivos para que esto sea así. El primero es que el lobo es muy esquivo y la única manera de poder verlo es a una distancia en que tú seas el primero, el que estaba antes en el lugar, porque, si no, en la mayoría de los casos si te ve un lobo sale corriendo o se queda mirando y deja de hacer lo que estaba haciendo. Tienes que encontrar a los lobos antes de que te vean y también es igual de importante que si yo quiero fotografiar al lobo en su entorno, su paisaje y en su comportamiento natural, sin inducirlo a hacer algo diferente, entonces tienes que estar a bastante distancia, porque si te huelen, te ven o te oyen dejan de hacer lo que están haciendo. El lobo es muy curioso [ríe] porque cuando siente peligro pone enseguida la cola entre las piernas. Las fotografías en las cuales estén jugando, comiendo, peleando o descansando son hechas a mucha distancia.

¿Has tenido alguna experiencia de estar muy cerca de un lobo?
En todos estos años he tenido, pero pocas, tres o cuatro. Y todas en circunstancias un poco diferentes, pero siempre han sido inesperadas para ambos, yo iba caminando y salió un lobo a dos o tres metros, en una zona donde se suponía que no había lobos y salió y lo vi, nada, medio segundo. Eso me ha pasado una vez, otra vez un lobo más joven se acercó porque el viento venía hacia mí, mi olor no iba hacia él, y se acercó hasta que me detectó, y bum, también huyó rápidamente. Otra de noche también estaba con la dirección del viento hacia mí y también me pasó a dos o tres metros, pero al final en este caso también me sintió y también salió corriendo. También otra vez, con un lobo muy joven de cuatro o cinco meses, casi un cachorro, pude hacer una foto, pero del resto todas fueron encuentros fugaces que no pude llegar a hacer ni una foto.
¿Un lobo cuando ve a un humano tiende a huir?
La gran mayoría ve a un humano y salen corriendo. Hay algunos lobos que si la distancia no es muy corta, si estamos hablando de que está a 50 metros o a 100 metros, que es una distancia de seguridad para ellos, a veces se quedan mirándote a los ojos, con cierta curiosidad. Esto ocurre más si son jóvenes que si son adultos, pero un adulto también se puede quedar mirando allí como diciendo ‘¿Y este qué hace?’, si está a una distancia de 50 o 100 metros y él sabe que en dos metros entra al bosque y desaparece. Estas miradas de lobos se producen a una distancia media, si es muy corta, salen huyendo todos, porque cuando ven a una persona saben que supone peligro, llevan décadas y siglos de persecución y muerte y salen corriendo.
En la familia de los cánidos hay un pariente del lobo, que es el perro que, al contrario que este lobo, sí está más habituado al ser humano. ¿Cómo se explica esta diferencia entre dos especies que prácticamente podrían ser primos?
El perro lleva miles de años viviendo con el ser humano, que lo alimenta. La domesticación se ha producido durante mucho tiempo. Hay razas de perros, perros lobo, que llevan también muchos años de domesticación, pero que aún tienen un punto salvaje. Pero la mayoría de perros han perdido el espíritu salvaje. Continúa teniendo un muy buen olfato, un oído muy fino y muy buena vista, pero ya no tiene el espíritu salvaje.
El lobo actualmente se encuentra en la zona del Pirineo cerca del Empordà, ¿por qué se encuentra allí y no en otras cordilleras?
Los primeros lobos de los últimos años tuvieron más presencia en el Prepirineo, en la zona del Cadí. Estuvieron desde el Cadí, Berguedà, Solsonès, y después fueron más hacia el Ripollès, la Cerdanya y los últimos están más hacia el Empordà y la Garrotxa. Es lo que está más cerca en línea recta de las poblaciones donde están criando, además es una zona forestal donde hay mucha presa, hay mucho corzo, hay jabalíes y tiene mucho refugio porque es muy forestal. Además, hay un factor que una vez que hay uno, si viene otro y se encuentran, éstos hacen que se queden un poco más e intentan encontrar otros individuos.
¿Cómo es un lobo? ¿Es un animal social? ¿Es un animal solitario? ¿Es una mezcla de las dos cosas?
El lobo es un animal social y la gran mayoría de lobos viven en manada. El macho alfa y la hembra crían y están allí con los cachorros y otros lobos que son familia y esto es el núcleo familiar. Después sí que hay un tanto por ciento de lobos que se van a buscarse la vida y éstos sí que tienen vidas más solitarias, pero en la mayoría la tendencia es a intentar formar una manada, o otros lobos entran dentro de otra manada y pueden quedarse una temporada, unos cuantos años, o en algunos casos también pueden volver a marcharse e ir a otra manada. Pero la gran mayoría están dentro de una manada y tienen un comportamiento social de ayudar a los cachorros y colaborar con la casa.
¿Cómo se intenta equilibrar la relación entre la ganadería y la población del lobo?
El conflicto que tiene el lobo está claro que es con la ganadería. Ahora mismo, hay compensaciones del Estado español por cada animal muerto después de un ataque de lobo. Con esto hay una parte importante de ganaderos que están más o menos satisfechos y otros que no, porque no solo es el tema económico, es un tema que va más allá.
Lo importante es cómo hacer que puedan coexistir. Una ganadería que tiene que soportar estos daños, que en algunos casos son daños importantes y que no tenemos suficiente con esta parte económica. Y que después no es tan fácil como dicen algunos, ‘que solo cierras esto por las noches y ya está, pones cuatro mastines’. Hay lugares donde no puedes cerrar las noches y no puedes tener cuatro mastines. Y ahí está el reto relevante. Pero realmente éstos son poquísimos. Hay muy poca gente afectada de esta manera.
Pero, aunque sean pocos, es muy importante y se debe intentar llegar a un acuerdo con estos ganaderos, estos pastores, donde las bajas son imposibles de erradicar, porque es imposible, porque si estos animales están en extensivo y el lobo vive allí, pues el lobo los cazará. Se debe encontrar una manera, debe haber buena voluntad por ambas partes y ahí está el reto. Pero a la gran parte de la ganadería no le afecta. Tienen más problemas con otros factores. El problema es que se debe intentar abordar, con la compensación por daños, la protección de la especie. No es fácil pero se debe intentar.

Además de la ganadería, ¿afecta a algún otro sector económico?
No, porque incluso el turismo potencia en zonas como la Sierra de la Culebra, zonas de la montaña de León o Palencia, donde hay un turismo en torno al lobo que mueve millones de euros cada año, es un potencial económico muy potente. Realmente al turismo negativamente no le afecta, porque no hay ningún peligro en absoluto. El oso también tiene un potencial turístico muy potente en zonas como Asturias. De hecho, hay millones de personas que quieren ir al territorio de los osos. En este caso, el potencial del lobo sería igual.
En la agricultura el lobo no le molesta, al revés, le limpia zonas donde hay conejos o topos, y esto es bueno también para el campo. Entonces, no hay ningún otro sector fuera de la ganadería para el cual el lobo pueda ser negativo. Los lobos son como fantasmas. Hay muchísima gente que ha vivido siempre en territorio del lobo y que nunca los ha visto porque se mueven de noche y son esquivos.


