Un solo fotón, una partícula de luz, es suficiente para poner en marcha el proceso de la fotosíntesis, que convierte esta luz en energía química. Así lo afirma un artículo publicado en la revista ‘Nature’ y que amplía nuestro conocimiento sobre la manera como las plantas, las algas y algunos tipos de bacterias ‘se alimentan’, corroborando un hecho que hacía tiempo que estaba aceptado pero que hasta ahora no se había demostrado nunca empíricamente.
Un experimento con bacterias
La luz está formada de fotones, y en un nanómetro cuadrado, el que ocupa una molécula de clorofila, cada segundo solo llegan unas cuántas decenas que tengan la longitud de onda adecuada para ser aprovechadas. Para comprobar si realmente solo hace falta un fotón para hacer empezar la fotosíntesis, los investigadores usaron una fuente de luz que solo produce dos a la vez: uno que hicieron ir a un detector, para comprobar que ha sido emitido, y otro que se dirigió a una solución con el equivalente a la clorofila de la bacteria

El resultado es aplicable a las plantas
Si bien la fotosíntesis de las bacterias y la de las plantas no es exactamente iguales, los primeros pasos sí que lo son. Así pues, comprobar que en estos organismos solo hace falta un solo fotón para poner en marcha el proceso es suficiente como para concluir que, en los vegetales, pasa del mismo modo. Sin embargo, en estos últimos hace falta que se absorban varios fotones de manera independiente porque la reacción se pueda completar.
Gracias a esta nueva técnica, además, en lo sucesivo los científicos podrán hacer experimentos mucho más esmerados y delicados, examinando procesos como la fotosíntesis en una escala mucho más pequeña y, por lo tanto, teniendo la posibilidad de comprenderlos mucho mejor que hasta ahora.
