Un nuevo proyecto Discovery de la Agencia Espacial Europea, dirigido por la Universidad de Valencia, ha hecho un hallazgo que puede acercar el desarrollo de la agricultura espacial (la posibilidad de que los humanos puedan cultivar el suelo en los planetas del sistema solar) gracias al estudio de las microalgas que se han extraído de los líquenes. En este aspecto, los investigadores señalan que los líquenes contienen dos o más especies que viven juntas en cooperación y tienen una gran capacidad para sobrevivir en condiciones extremadamente difíciles -como las que se podrían encontrar, por ejemplo, en Marte-, una característica que las microalgas extraídas de estos líquenes también comparten, ya que se pueden extraer y cultivar de forma independiente, en un medio líquido o sólido. Estas características llevan a los investigadores a señalar que podrían sobrevivir y desarrollarse en las condiciones de Marte, un hecho que abriría la puerta a su utilización para generar recursos como oxígeno, alimentos y otras sustancias útiles para las misiones espaciales humanas.
Las microalgas, unas grandes desconocidas que pueden cambiar las misiones espaciales
Las microalgas son microorganismos microscópicos que están presentes en todo el planeta Tierra, pero que, según la investigadora principal Marta Pérez-Rodrigo, candidata a doctora en la Universidad de Valencia, «no sabemos mucho sobre las microalgas, a pesar de que están presentes en entornos de todo el planeta». Los resultados del estudio muestran que las microalgas son capaces de soportar condiciones de estrés extremo como podría suponer la exposición a la radiación ultravioleta, las temperaturas gélidas (-80 °C) o las características del suelo y la atmósfera marciana. Los investigadores señalan que las microalgas se recuperan rápidamente tras esta exposición a condiciones de estrés gracias a sus mecanismos moleculares.
«Saber que pueden resistir las condiciones marcianas nos ayuda a explorar teorías sobre si los organismos podrían viajar de un planeta a otro. Y si podemos cultivar estas microalgas en sistemas autónomos en Marte o durante misiones espaciales, entonces se abren muchas posibilidades, desde proporcionar alimento y oxígeno a los astronautas hasta protegerlos de la radiación perjudicial», añade Pérez-Rodrigo.

El futuro de los humanos en el espacio podría pasar por las microalgas
La posibilidad de que haya un organismo natural de la Tierra que pueda desarrollarse en el espacio exterior supone un nuevo avance en el futuro de las misiones espaciales. Moritz Fontaine, responsable de descubrimiento y preparación y responsable del proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA), señala que «esta investigación aborda uno de los retos principales para convertirnos en una especie interplanetaria». «Incluso para ir a la Luna, necesitamos entender cómo los organismos vivos pueden proporcionar elementos nutricionales a los astronautas o ayudar a mantener un sistema medioambiental de circuito cerrado», añade Fontaine.