No se podrá respirar y la Tierra será inhabitable. Este es el futuro que prevé un estudio de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, y que se ha publicado en el portal científico Nature Geoscience. Los científicos datan que ‘el fin del mundo’ ocurrirá dentro de unos 250 millones de años, cuando la Tierra podría convertirse en un planeta totalmente inhabitable e incompatible con la vida debido al calor extremo, una actividad volcánica constante y una sucesión constante de fenómenos climáticos extremos; unos hechos que aumentarán de forma drástica cuando los cinco continentes se vuelvan a unir para formar un nuevo «supercontinente» cálido y seco que los científicos han denominado «Pangea Ultima» y que sería totalmente incompatible con la vida. Los investigadores han utilizado varios superordenadores que son capaces de presentar modelos a largo plazo e indican que dentro de 250 millones de años la humanidad habrá perdido su hábitat.
La predicción de los superordenadores
Las simulaciones de los investigadores indican que la actividad tectónica de la corteza terrestre aumentará de forma drástica y causará que los cinco continentes se vuelvan a unir en un «supercontinente» que será caliente y seco y que verá cómo los fenómenos climáticos aumentarán drásticamente debido a esta unión de continentes. El modelo generado por los superordenadores indica que este calor sin precedentes causado por los fenómenos climáticos extremos y por la actividad tectónica y volcánica de este «supercontinente» pondrían fin a la vida de los humanos y de los mamíferos que habitan la Tierra, convirtiéndola en inhabitable para la raza humana.

Alexander Farnsworth, investigador de la Universidad de Bristol y autor principal del estudio, alerta que en este «supercontinente» las temperaturas serían «de entre 40 y 50 grados centígrados, e incluso extremos diarios mayores, agravados por altos niveles de humedad, acabarían sellando nuestro destino. Los humanos y muchas otras especies morirían por la incapacidad de eliminar este calor a través del sudor».
Las proyecciones detallan que hay una tendencia constante en la elevación de las temperaturas (un hecho que preocupa a la comunidad internacional y por el cual se suscribieron los Acuerdos de París). El calentamiento antropogénico —el causado por los humanos— no sería el único detonante de esta Tierra inhabitable, ya que el Sol intensificaría la emisión de energía y calor hacia la Tierra. Por otro lado, sobre la Tierra se multiplicarían drásticamente el número de erupciones volcánicas, unas erupciones que tendrían mucha más potencia y su efecto sería mucho más devastador; estas erupciones expulsarían una gran cantidad de dióxido de carbono que convertiría la atmósfera de la Tierra en un clima incompatible con la vida humana, animal y vegetal.